-𝐁𝐚𝐧𝐚𝐧𝐚 𝐌𝐢𝐥𝐤. '𝐲.𝐤.' [EDITANDO].

5.☽

al día siguiente...

Eran las 10 de la mañana, y Yoongi despertó por los rayos del sol que entraban por la ventana.
Rápida y cuidadosamente se paró de la cama tallando sus ojos dando un leve bostezo, para ir a preparar los decorativos para el cumpleaños de Ggukie.

Colocó el pastel en el centro del comedor, y le puso una vela de Pororo encima.
Puso globos en el techo, en las paredes y en la puerta, para hacer después lo mismo con la serpentinas.

Una hora después, Yoongi ya había terminado con los arreglos, así que subió a su habitación para ver si Ggukie seguía en la cama, y justo en ese momento, comenzó a removerse entre las sábanas, dando a entender a su hyung que ya se encontraba despierto.

Yoongi se recargó en el marco de la puerta, y desde ahí miraba como su pequeño se estiraba y tallaba sus ojitos, de una manera tan tierna, que hizo que se derritiera de ternura en segundos.

Minutos después Ggukie se sentó en la cama y se quedó mirando fijamente a su hyung mientras abrazaba su conejito de peluche.
Luego; Min corrió hasta donde su pequeño y lo abrazó fuertemente.

—¡Feliz cumpleaños número 10 Ggukie!.—

Ggukie correspondió el abrazo.

—¡Muchas gracias hyungie!, ¡lo quiero muchísimo!.— contestó haciendo que Min se sonrojara, mientras mostraba sus lindos dientitos.
—Pensé que hyung se había olvidado de mi cumpleaños~.— agregó mientras jugaba con sus deditos.

—¿Cómo crees bebé?, nunca lo haría. ¿O acaso desconfías de hyung?.– lo cuestioné fingiendo llanto.
–¡No! ¡No hyung! ¡No lloré! ¡Yo confío mucho en Yoongi hyung!.– contestó casi gritando y abrazándome.
–¿Porqué no bajamos a desayunar bebé?, ven.— dijo Yoongi cargando a Gguk para bajar y festejarlo como se merecía.
Mientras bajaban, Min iba haciéndole cosquillas a Kookie, el cual solo respondía con pataditas y se reía sin parar.

Ya abajo, Min bajo a Kook, y tapó sus ojitos con sus manos, para encaminarlo hacia la mesa.
Kookie solo soltaba pequeñas risitas.
—Hyung, ¿qué es esto?.— dijo entre risas.

Yoongi cargó nuevamente a Kookie para sentarlo en la silla.

—No abras los ojos bebé.—

Ordenó mientras prendía la vela de Pororo .
Después comenzó a cantarle "Feliz Cumpleaños", cuando Ggukie abrió sus ojitos.

—¡Wooo!~ ¡muchas gracias hyung!.— dijo dando pequeños aplausos, y sonriendo.

Min devolvió la sonrisa, y se hincó para estar a la altura del menor.

—Pide un deseo y apágalas bebé.—
Ggukie cerró sus ojitos, mientras pedía su deseo, para luego abrirlos y soplar las velas emocionado.

—No bebé, no puedes decir tu deseo, si no no se cumplirá.— dijo Min, ya que el menor abrió su boquita como si quisiera decir el deseo que había pedido.
Ggukie solo contestó con un puchero, quería que su hyung supiera que era lo que había pedido.

Luego juntos comieron el pastel, y terminaron con la cara llena del mismo, ya que Ggukie comenzó el juego cuandó tomo un poco de chocolate del pastel con su dedito, y lo embarró en la punta de la nariz de su mayor, a lo que el último mencionado contestó embarrando del mismo chocolate, pero en los cachetitos del menor.

—Bebé ven, acompañame a tu recámara.—
—¿Para que hyung?.—
—Solo acompañame, vamos.—

Juntos subieron de la mano hacia la habitación del menor, y al abrir la puerta, al pequeño le brillaron los ojos.
Ahí se encontraba su Pororo de peluche enorme, lo que Ggukie siempre había pedido.

—Wooo hyung, ¡muchas gracias!.— gritó Ggukie mientras corría a abrazar el peluche.

Min quedó demasiado satisfecho con la escena:
Ver a su bebé así de feliz, lo hacía feliz a él.
El mayor también fue corriendo hacia donde Gguk para abrazarlo.

—No me agradezcas bebé, te mereces esto y más.—
—Hyungie~...— dijo Ggukie mientras una lágrima caía por su rostro.
—¿Qué?, no bebé, no llores, ¿que pasa?.—
—Hyung, extrañó a mami~.— dijo Ggukie finalmente para romper en llanto, y caer en los brazos de su hyung mientras este lo abrazaba fuertemente.
—Bebé, yo, yo también la extraño. Pero, ahora está en un lugar mejor, y sí tu estas mal y triste, mamá estará igual. Mamá quiere verte feliz bebé, hazlo por ella. ¿O acaso quieres que ella también este triste?.—

Al decir eso, el llanto de Ggukie se volvió incontrolable, pero contestó.

–N-no, yo... yo quiero que mami sea feliz.—
—Entonces ya no estes así bebé. Mira, vamos, cámbiate y vayamos al parque, ¿que te parece?.—
—Está bien hyung, gracias.— asintió con su cabecita mientras su mayor limpiaba todo rastro de lágrimas que se encontrara en su lindo rostro.
—A hyung no le gusta verte llorar, bebé.—
—Lo siento hyung~.—
—Ya no te preocupes bebé. Vamos, apúrate para irnos.—
—¡Sí!.—

Ggukie comenzó a cambiarse su pijama por un pans color rojo, una playera blanca, unos tenis blancos y una gorra negra.
Ya listos los dos, salieron y subieron al coche para dirigirse al parque.