Ni madre ni padre, pero si la valentía de buscar a Kim Taehyung, mi hermano mayor. Tantos rriesgos que había tomado. Por un momento llegué a pensar que estaría muerto y que debía darme por vencida, pero todo mi equipo fueron el apoyo más grande. Ade...
Dí un salto enrredando mis piernas en su cintura y mis manos en su cuello. Comenzamos a besarnos desesperadamente mientras el daba apretadas a mi trasero.
-Cielos Kim. - susurró en mis labios.
Entre jadeos y besos llegamos a la cama y me colocó suavemente sobre ella.
-Seré suave y cálido contigo, no quiero lastimarte.
-No lo seas, no es mi primera vez y tampoco será la última..... castígame Hyun. - susurré el final.
-Estás tentando al hombre equivocado hermosa.
Tomó mis caderas, me voltió para luego levantarme y quedar en 4. Dió una nalgada pero aún llevaba mi pantalón.
El se arrodilló y comenzó a besar mi abdomen y a desabrochar el short. Luego de bajar el cierre se deshizo por completo de ellos y se levantó.
-¿Sabes que opino de tu camiseta Hyunjin?... Que a mí me quedaría mejor.
Se la quité suave rozando mis dedos por sus costados. Eso causó que él soltara un profundo gemido que me volvió loca. Lo tiré a la cama y me trepé sobre él.
-Muévete sobre mi. - decía exitado.
Le sonreí y comenzé a moverme de arriba hacia abajo. Su erecció crecía más y más. Tomó mi cintura tomando el control total.
-Ah... esto molesta. - refiriéndose a mi bracier.
-Entonces quítalo.
Eso hizo, ambos hechábamos la cabeza hacia atrás como señal de exitación.
-Pedíste castigo... y yo estoy siendo castigado. - decía entre gemidos.
-Tranquilo. - entrelacé nuestras manos y besé su cuello.
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Olvidé su cuello un segundo y recorrí todo el abdomen hasta bajar el pantalón y sus boxers dejando ver a su gran amigo.
-Me gusta lo que veo. - me acerqué y comenzé a masturbarlo.
Era grande... bastante grande. Comenzé suave porque quería que pidiera más, que gimiera más y que deseara más.
-Ah... más rápido Caroline.
-Como ordénes.
Lo metí a mi boca y aceleré más. Sus gemidos eran los que provocaban mi rapidéz. Sabía que le gustaba y quería que lo disfrutara hasta el final.
-Aquí.... viene aah. - se vino en mi boca.
-Perfécto.
Con mi pulgar tomé lo que se había escapado y lo lamí frente a él.... mala idea chicos.
- mordió su labio. - Ven aquí. - sacó lo único que me quedaba de ropa y me puso sobre él.
-Ya hazlo porfavor.
-Me gusta que ruegues. - rozaba su miembro en mi entrada... eso estaba matándome. - Estás mojada.
-Porfavor Hyun. Hazlo. - agitada.
Sonrió y entró sin piedad alguna. Justo como lo pedí. Ardió al principio porque como bien dije, era grande. En unos segundos me acostumbré a su tamaño. Y sólo quería más.
-Aah... rápido.
-Mmm... Ah ¿Te gusta?
-Mucho... me voy a venir Hyun... Ah... Aaaaaah.
Aceleró muchísimo haciendo que me viniese más rápido. El primer orgásmo de la noche y el mejor que he tenido en mi vida.
-Me encánta tu cuerpo.
-Y a mi el tuyo. - lo besé.
Cambiámos de posición y ahora él estaba sobre mí. Besaba mi cuello mientras que su mano bajaba hasta mi intimidad masajeándola suavemente.
-Ah... - arrugaba la sábana de placer.
Se detuvo y me miró dirécto a los ojos y metió la mano a su boca lamiendo cada uno de sus dedos.
-¿Quieres que siga? - preguntó acomodándose entre mis piernas.
-No hables Hyunjin. Haz lo que quieras conmigo. - sonrió de lado.
-Se acercó a mi oido. - Disfrútame.
-¡Ah! Dios... Ah.
Comenzó de nuevo con embestidas fuertes. Este hombre tenía habilidades y creanme que jamás había estado tan exitada.
-Lamento.... Ah... que esté aruñándote. - cerré los ojos.
-Pequeña... a ti no es a la única que le gusta el castigo. - sonrió.
Joder... imagínenlo, el pelo revuelto, los labios inchados, el cuerpo sudado y la respiración agitada. Era tan sexy. Cada vez que colocaba su cabeza hacia atrás mordía su labio y me penetraba más fuerte.
-Hyunjin... ah.
-Voy a.... aaah Kim. - lo besé de nuevo.
Dios sus labios son tan suaves. En medio del beso mordió mi labio y agarró mi cintura para la última embestida.
-Cielos. - se quedó en mi pecho.
-Diablos. - respiré profundo.
Acaricié su cabello por unos segundos y luego se sentó al borde de la cama. Me paré y me puse de nuevo la pijama. Miré a Hyunjin una vez más y el guiñó su ojo y sonrió.
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