Roger hace un recorrido divertido y caliente hacia mi casa, su mano derecha no ha dejado de tocar mis manos, y una que otra vez, toca mi muslo izquierdo.
Ha puesto música para alivianar un poco nuestra situación, pero en la radio está sonando "Crazy in Love" de Beyoncé, versión cincuenta sombras.
¡Qué oportuno!
— ¿Te gusta esta canción? —pregunta.
—Sí, es buenísima.
—Buenísimo sería si la bailaremos mientras nos quitamos la ropa, muy pegados del otro.
Respiró entrecortado. Él juega sucio.
—Besándonos y tocándonos... —sigo el juego, alzando mis cejas insinuando ese momento.
—Rubia, si seguimos así, no vamos a llegar a tu casa.
— ¿Por qué? —Pienso un momento—. ¿Te estacionarias por aquí cerca?
Se ríe.
—No nena, nos multarían —informa.
—Que aburrido eres —bromeo, entrelazando nuestras manos.
Siento que esto está yendo a más, poco a poco. Quizás, él vaya cediendo en lo nuestro.
Está química que tenemos, no la podemos negar.
Nos gustamos, ¿Qué hay de malo en ello?
— ¿Aburrido? Já, te enseñaré si soy aburrido.
Internamente estoy saltando de la emoción, porque la parte divertida de Roger está apareciendo, y me gusta, mucho.
*
Entramos a mi apartamento, al cerrar la puerta, Roger tira de mí contra la pared suavemente y me empieza a besar con frenesí.
Mi mano agarra su cabello, mientras mi boca se aferra a la suya, absorbiéndole, deleitándose al sentir su lengua contra la mía. Y él hace lo mismo, me devora. Es el paraíso. Es fuerte lo que sentimos.
De pronto me levanta un poco, coge el bajo de mi vestido, me lo quita de un tirón y lo tira al suelo.
—Quiero sentirte, debo admitir que ese vestido te hace lucir muy sexy —me dice con avidez junto a mi boca, mientras mueve las manos por mi espalda para desabrocharme el sujetador.
Lo detengo un momento y él me mira perplejo. Río un poco, mientras busco mi teléfono en mi cartera, busco la canción de la radio en Spotify, él se sorprende.
—Quieres diversión, Rubia. —Roger me atrae hacia su cuerpo, tomándome de la cintura, y empezamos a bailar lentamente.
Reímos, nos besamos, nos tocamos.
Esto es muy romántico, divertido, sensual.
—Esto... —me besa— me encanta.
De una sesión de besos húmedos, voy quitándole su camiseta y los pantalones deportivos.
— ¿Ibas a hacer ejercicio? —inquiero.
Estamos caminando hacia mi habitación, tratando de no tropezarnos.
Al llegar, me empuja sobre la cama, me aprieta contra el colchón y lleva su boca y sus manos a mis pechos. Mi sujetador desapareció en el camino. Enredo los dedos en su cabello mientras él coge uno de mis pezones entre los labios y tira fuerte.
Grito, y la sensación se apodera de todo mi cuerpo, mis músculos en mi zona íntima se contraen. ¡Vaya!
—Sí, hermosa, déjame oírte —murmura junto a mi piel ardiente.

YOU ARE READING
NO DIGAS NADA Y DISFRUTA
ChickLitLola Walts, es una joven contadora que trabaja en el sótano de una empresa de inmobiliaria, con una hermana a cuidado de personas engañosas, queriendo una vida nueva donde no tenga preocupaciones, solo decide disfrutar de una noche donde se olvidara...