Messages~[Jenlisa G!P]

📱T H R E E📱

Tras esa corta conversación Lisa cayó a la cama, con su cara toda sudada, le temblaba el pulso, tenía sus ojos cerrado pero con una gran sonrisa. "Jennie" ese nombre rodeaba por su cabeza a cada segundo.

(...)

Por otro lado la castaña tenía tanta curiosidad, veía y veía los mensajes de tal desconocido. ¿Kai?, no, ella había cambiado su número de teléfono además ese idiota nunca la amo.

Ella estaba inmóvil, escalofríos recorrían su cuerpo, ¿miedo?, ni que fuera una niña de 5 años. "El gato mata la curiosidad", ELLA matará la curiosidad.

_¿pasa algo?-pregunto el canoso-

_no, para nada- le respondió con una sonrisa para después volver a ver los mensajes-

Bajaron del auto al estacionarse cerca de un supermercado, entraron junto con un carrito la cual a medida que pasaba el tiempo se iba llenando de cualquier producto.

_¿puedes ir por los productos de Lisa?-pregunto el mayor-

_claro- tal vez cuidar de su "hija" le aliviaría el nudo de su pecho-

_toma- le pasó un papel a la chica-

_¿qué es esto?

_eso le debes comprar a Lalisa, no te demores iré a pagar esto, nos vemos en la caja- sin más que decir la chica quedó sola junto con un papel en la mano-

_vamos a ver que necesita la nena de mami.

[...]

_Listo, cariño puedes...¡rayos!-exclamó el hombre- olvidé comprar un celular.

_si quieres podemos regresar a comprar uno- hablo dulcemente Jennie-

_no te preocupes yo iré, tú sólo baja las compras

_ está bien.

Ya una vez dejando el auto libre de bolsas el canoso se retiró sin antes darle un beso a su amada, tal vez era el hombre indicado para Jennie. Cualquiera diría qué tal hombre es su padre o su sugar daddy. Jennie sentía tal atracción por lo hombres mayores pero, "no solamente el amor va dirigido a un hombre" ¿verdad?.

La castaña vio todo el edificio la cual tenía que subir junto a las bolsas, el ascensor se había descompuesto y la única forma de llegar a su destino era subiendo las escaleras.

_¡Diablos!-exclamó Jennie la cual no aguantaba el peso de las bolsas, sacó su celular y llamó a Lalisa para que le ayudara con las bolsas.

Mientras tanto la pelirroja seguía acostada con una sonrisa inmensa, su cabello estaba mojado gracias al sudor producto de las pajas. Unas vibraciones empezó a sentir en sus pantalones sin duda era uno de los celulares, con flojera agarro los dos celulares.