Pasaron los días, las semanas... Y cada cosa que descubría de Valentina me encantaba. Las madrugadas hablando con ella por WhatsApp, los mensajes de ''buenos días'' , las pequeñas citas que teníamos cuando ella se escapa de la Universidad... Todo se está volviendo una bonita costumbre.
Pero, sin embargo, tengo miedo.
Miedo a no ser suficiente para ella. Para nuestra ''amistad''.
No sabría definir lo que me pasa cuando estoy cerca de ella. Siento mariposas en mi interior; quiero lo mejor para ella y estaría dispuesta a luchar contra quién hiciera falta por verla sonreír. En eso se basa una amistad verdadera, ¿no?
Valentina
Una vez mi papá me dijo que todos nos rompemos en algún momento de nuestras vidas. Pero lo que nunca me dijo es que, pese a ello, alguien puede aparecer en medio del caos para mejorarlo todo. Y eso me pasó con Juls.
Desde que mi padre se murió no he vuelto a ser la misma de siempre.
Mi casa es una locura, mis amigos de la infancia ya no se acuerdan de mi, mi pareja me gritaba por todo hasta el punto de pensar que, la muerte de mi papá, fue por mi culpa. Por el desastre que era.
Sin embargo, con la llegada de Juls, todo se ha vuelto distinto. Obviamente, sigo echando de menos a mi padre pero, gracias a ella, encuentro un motivo por el que levantarme cada mañana. Es pensar en Juls y automáticamente comenzar a sonreír. No sé. Me valora, me respeta, cree en mi... Y no le importa lo rota que esté porque siempre está a mi lado.
- ¿Hola, Juls? - Respondí a su llamada mientras me mordía el labio y caminaba nerviosa por el cuarto. -
- ¡Hey, princesa! Perdona si interrumpo pero es que...
- ¡No, no para nada! Tú nunca interrumpes. -no puede decir nada más porque la sonrisa me lo impedía. -
- Me preguntaba si, quizás, bueno, a ver, si...
- ¡Jajaja! ¿Si...? Vamos, Juls. ¡Cuéntame! - le respondí mientras me acomodaba en la cama y jugaba con mi pelo. Me sentía una adolescente.-
-QUESITEAPETECEVENIRACOMERCONMIGOHOY.
- ¡Jajajajaja! Juuuls, no entendí nada. ¿Podrías volver a repetirlo? - Sí que la entendí pero me apetecía muchísimo volver a escuchar su voz mientras me pedía salir a comer. Y, aparte, Juls es muy tímida. Cuando me acerco se pone muy nerviosa y adoro ver su cara sonrojándose. ¡Seguro que ahora está así! -
- Que... Si te... gustaría... venir a comer... con... conmigo. Solo si quieres, ¿vale? Si tienes otros planes pode...
- Sí, quiero.
-¿En serio?
- Sí. -seguro que notó mi sonrisa, porque yo puede notar la suya.-
- ¡Perfecto! Paso a recogerte por la Universidad para que vayamos a comer pero, princesa, una cosa...
- Dime.
- ¡Tienes que ir a clases, eh! No vale saltarse ninguna materia. ¡Tienes que ir a todas porque sino, no iremos a comer! ¿Trato hecho?
- ¡Vaaaale! - respondí como una niña pequeña cuando su mamá la obliga a terminarse la comida a cambio de algo. Juls se preocupa por mis estudios. Esa es otra de las cosas que más me gustan de ella: lo mucho que se dedica a los demás. Quiere ayudar a todo el mundo aunque eso implique salir lastimada...-
- Ahora sí, me despido que tengo que ir a trabajar. ¡Hasta después, princesa!
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Estoy deseando ir a comer con ella.
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