Despedida

2.6K 144 57
                                    

Sarada~

Abrí mis ojos de par en par emocionada mientras que en mi mente me felicitaba por haberlo conseguido tan fácil. Giré en mi lugar y estaba a punto de correr a abrazarlo, cuando su último comentario detuvo mis intenciones en un santiamén.

—Lo llevaré, pero no ahora. Hay algo que debo culminar primero.

—P...pero, ¡papá!

—No creo que sea tan urgente ni tampoco veo la razón por la que insistas tanto. A menos que haya pasado algo que deba saber.

Tajante comentario. No podía proseguir con la petición o me echaría de cabeza yo sola, así que mejor decidí aceptar la opción que me ofrecía sin poner más peros.

—Está bien, no importa. Sólo quería asegurarme de que lo harías de verdad.

—…

—Gracias papá, por parte de Boruto y mía. En lo que a mí concierne, eso sería todo, así que te dejo a que continúes con lo que sea que estuvieses haciendo.

Tratando de sonar lo más natural  posible y terminando la conversación, di media vuelta y caminé hacia la salida. Pero su petición hizo que me detuviera en seco.

—¿Quieres acompañarme a comer Sarada?... Eso es lo que iba hacer.

Dudé unos segundos por la repentina invitación, pero mis ganas de no pensar en el mismo asunto, me convenció a distraerme y pasar un momento de calidad Padre e hija.

—Está bien.

.

.

.

Pasaron tres semanas después de que Mitsuki se fuera a la aldea del sonido. Tres semanas desde que había persuadido a mi Padre para que llevara a Boruto consigo a entrenar. Tres semanas que Boruto y yo no cruzamos palabras.

Técnicamente me aplicó la ley del hielo o eso sentí. Cuando había misión, sólo se dirigía a mí para todo lo que tuviera que ver con la misma. Nada más.

Aunque había momentos en los que percibía que quería decirme algo y no lo hacía, yo sabía muy bien lo que le incomodaba  y agradecía profundamente que no mencionara nada al respecto.

Esa situación me frustró demasiado, me colmaba de tristeza y de noches de insomnio.

Esto había sido mi culpa.

Tiré años de amistad al caño y todo por mis tonterías. Todo por mis arrebatos de idiotez y mi cobardía.

Pero no podía dar marcha atrás. Lo hecho, hecho está y mi maldito orgullo me impedía pedir disculpas. O dar explicaciones.

.

.

.

Vestida con una blusa holgada roja con blanco y unos shorts del mismo color, me paseaba por la cocina de la residencia Uchiha sorbiendo de un vaso de jugo de arándanos. Estaba esperando a mamá que no tardaría en llegar del hospital, siendo nuestra rutina del diario. Yo preparaba algo de cenar para que en cuanto llegara, comer juntas. Nada fuera de lo común, pero por alguna razón mis nervios me estaban poniendo incómoda.

Sentía demasiada ansiedad y no sabía el porqué, como si estuviera esperando que pasara algo pero no sabía con exactitud de qué.

Escuché un ligero toque en la puerta principal y mi corazón dió un salto de adrenalina. ¿Qué demonios me pasaba?

Me acerqué lentamente a la manija de la puerta, dudando en si abrir o no. El sonido de dos golpes más sonoros que el anterior me volvió a poner en alerta y abrí la puerta de un solo tirón.

¿Cómo pasó esto? (BoruSara)Where stories live. Discover now