Capítulo 4 .~*Bestia*~.​

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No me cabía en la cabeza que eso fuera verdad...

¿Qué has dicho Kikyou? le dije temiendo su respuesta.

Ahora sé que no es verdad, aun me amas...

¿Acaso desconfías del amor que te tengo?  le dije más que indignado.

Me hervía la sangre al pensar que ella confiaba más en la palabra de ese imbécil que en la mía y que me había hecho elegir su vida ante la de Ahome sólo por dudar de mi cariño.

Lo que yo no sabía era que después no sólo sería eso lo que me dolería, sino la gran herida que provoqué en el corazón de ella, y sobre todo, las sombras que lo embargaron convirtiéndola en una marioneta...

No es que dude de tu amor, no es que no te tenga confianza, es que tuve miedo, tuve miedo de que eso fuera real... —me dijo pero sus palabras no aplacaron lo que sentía.

¿Y es verdad? —le pregunté—. ¿Es verdad que morirás si no recibes ayuda?

En eso no te mentí, sólo Ahome puede ayudarme, sólo ella puede evitar que muera, necesito de su poder, pero no la pondré en riesgo, la pregunta que te hice fue sólo porque necesitaba calmar el dolor.

Vamos entonces, Ahome y los demás están cerca, además sé que Ahome estará dispuesta a ayudarte.

Pero qué equivocado estaba, qué estúpido al no sentirla, qué estúpido al no saber... fue más que obvia su razón para negarse, fue más que obvia su actitud cuando llegué con Kikyou en brazos hasta donde ellos se encontraban, y yo, ignorando lo que ella había visto y escuchado la traté tan mal... le hablé de una manera que no debí.

Cuando llegué con el grupo, antes de llegar incluso, sentí el aroma a sal de las lágrimas de ella, no entendía por qué lloraba, en seguida fruncí el ceño, pensé que era porque estaba molesta de que buscara a Kikyou, tonta y egoístamente comencé a pensar... 

"Ella tiene la culpa, yo no le pedí que se quedase, ella sabía el compromiso... la promesa que le hice a Kikyou y fue decisión suya el quedarse"

Qué imbécil fui, pero qué imbécil.

Cuando llegué con ellos, Sango me vio queriendo fulminarme con la mirada, Miroku en cambio me veía quizá con compasión, sabía la que me esperaba.

¿Por qué la has traído? —me preguntó Sango más que molesta.

No tengo por qué darte explicaciones —le dije con un tono despectivo y ya luego prácticamente la ignoré.

Eres un tonto Inuyasha ¡un tonto! —me reprochaba Shipo, sin embargo tampoco le presté atención.

Senté a Kikyou bajo el árbol y me dirigí hacia Ahome, antes de que llegara con ella recibí por parte de Sango una bofetada.

No sé por qué no fui capaz de entender en ese momento que ellos ya sabían lo que dije. No me pasó por la cabeza que Ahome lloraba porque me había escuchado y que al ser su pena tan grande había tenido que desahogarse con nuestros amigos...

¡¿Pero qué te pasa?! —le grité molesto por su actitud, ya que su golpe apenas y se sentía como un pequeño hormigueo en mi mejilla.

No puedo creerlo, sabía que eras un tonto indeciso pero no sabía que fueras una bestia, porque es lo que eres, ¡una completa bestia! —no entendía lo que pasaba.

¿Me quieres explicar qué te pasa? 

¡Basta! —el grito de Ahome calmó la situación.

Ahome necesito hablar contigo... —le dije seriamente.

No te atreverás a... —Miroku no dejó a Sango continuar, la tomó del brazo.

Ellos deberán arreglarse  le dijo serenamente.

No entendía la mirada que Ahome me lanzaba... era una mirada que me desconcertaba, una mirada como la que recibía de todos aquellos humanos que me despreciaban por ser un hombre mitad bestia.

Aún recuerdo su sonrisa...Where stories live. Discover now