Diez

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¿Cómo es que lo había hecho? Ni idea. ¿Para qué o con que propósito? Nadie lo sabía.

Haber invitado a Hoseok a su casa fue más un impulso que una decisión pensada, pero sin duda no había sido un error. Al menos no se sentía así.

No, Taehyung no estaba enamorado de Hoseok, pero sus pensamientos tampoco lo tenían muy tranquilo respecto a sus sentimientos, lo confundían. Quería ser amigo de Hoseok, pero a la vez tenía el mal sabor de boca de que eso no era suficiente. Era muy extraño y sin duda desorientador.

Ahora que lo repasaba bien, ni siquiera sabía que harían ambos en su casa. ¿Ver una película? Hmm, tal vez... ¿Jugar videojuegos?

Es que, ¿Qué le había hecho pensar que por haber hecho la tarea juntos ahora podía invitarlo a su casa como si fuesen amigos de siempre? Tal vez sólo había dicho que sí por compromiso. ¿Y qué tal sí no lograban hacer algo entretenido y terminaba siendo una tarde incómoda?

Basta, deja de pensar tanto, se dijo.

No había vuelta atrás, mucho menos lo había pensado, pero el vació de un "¿Y sí lo arruino?" no dejaba que su cabeza descansara. Estaba tan concentrado en sus propios enredos que la clase de química parecía tan lejana y fuera de su alcance. Escuchaba las palabras de su profesora, veía sus labios moverse, pero simplemente no podía retener la información. Veía las palabras flotar a su alrededor, pero le costaba ponerlas en orden y encontrarles un sentido.

Se sentía demasiado alejado de su realidad, atrapado en su cabeza, como si estirar el brazo no fuera suficiente para tocar el mundo. Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no notó cuando la puerta del aula fue abierta por un encargado de dirección escolar.

— Taehyung ya oíste. —dijo su profesora.

Taehyung tardó en reaccionar. Tuvo que barrer su mirada por el aula unas cuantas veces antes de escuchar claramente, antes de darse cuenta de que le hablaban a él.

— ¿Hm? —fue lo único que logró soltar.

— El director quiere hablar contigo, Kim —repitió su profesora con un semblante serio.

Taehyung casi se apuntaba a si mismo sólo para estar seguro de lo que escuchó, pero no lo hizo. Se limitó a tragar saliva discretamente antes de tomar su mochila por el hombro. Las miradas de todos no tardaron en aparecer, podía sentirlas. Nadie dijo nada, no, pero sus ojos fueron suficientes para poner nervioso a Taehyung.

Ya afuera del aula, siguió la espalda de encargado de dirección hasta las oficinas de la escuela. No le dijeron porque el director quería verlo, el único sonido de camino a la oficina fueron sus pisadas en el frío y brillante suelo. Taehyung aprovechó el tiempo y conectó sus audífonos a su celular mientras buscaba la canción perfecta de camino a casa, sólo por ocio.

Cuando ya estuvieron cerca, el encargado le hizo saber con una mirada que debía entrar. Taehyung obedeció a sus silenciosas ordenes.

Abrió la puerta y asomó la cabeza para toparse con su director, recto en su silla y con las manos sobre el escritorio.

— Adelante —le permitió entrar.

Taehyung bajó la cabeza antes de pasar y cerrar la puerta tras él. Bajó su mochila al suelo y sin permiso alguno se sentó en la silla frente al escritorio.

— ¿Quería hablar conmigo? 

Su director carraspeó la garganta antes de asentir.

— Fui informado de que no planeas asistir al partido contra Montaedro —su voz fue áspera y seca, acusadora— También estoy al tanto de los problemas que has tenido con el equipo, tu padre me informó de la situación.

Taehyung ya lo veía venir.

— No sé que le dijo mi padre, pero tiene razón con una cosa; no planeo participar en ese partido, y por el momento no soy parte del equipo.

— Pero eventualmente volverás a él, ¿no? —parecía insistir.

— No lo sé —fue sincero con sus palabras.

El director sintió miedo de ese "no sé." No podía permitirse perder a su jugador más valioso en un partido que podría definir el estatus y la popularidad de su escuela. Taehyung, Kim Taehyung era el brazo de oro en el equipo, no extremadamente irreemplazable, pero si importante. No es que no confiara en su equipo, sino que Taehyung era clave para ganar, era una ventaja, algo que Montaedro no tenía y que mucho menos podría igualar.

Kim Taehyung sembraba miedo en los jugadores de los otros equipos, era algo con lo que no daban ganas de competir.

— Tienes que volver, eres muy importante en el equipo —Mentira.

— Es una situación complicada, señor. —dijo casi entre dientes.

— Tan difícil como regresar al equipo, Kim. —dijo al aire— Estabas en el equipo antes, puedes regresar. Encontraremos la forma de arreglar las cosas con el equipo.

Taehyung apretó la mandíbula.

— No, no creo que sea tan fácil. No sé si quiero volver al equipo, ni siquiera me gusta tanto el fútbol americano. Lamento que no participaré en el partido, señor. —dijo.

El director levantó un poco la cabeza y apretó los labios con una mueca de disconformidad. No, Taehyung no podía quedar fuera del equipo, no en este partido.

— ¿Qué tal sólo participar en este partido?

Taehyung se estaba obligando muy fuerte a comportarse.

— Me lamento que no estoy de humor para participar.

Su director parecía quedar más inconforme con cada palabra que Taehyung decía. Pero a ser sinceros, Kim no estaba tratando de quedar bien o de atinarle a las palabras adecuadas.

— Te pido que pienses muy bien tu decisión, Kim. Tómate unos días y después me dices que piensas, pero no deseches la idea de estar en el partido, por favor.

Taehyung asintió por compromiso.

— Bien.

— Puedes retirarte.

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Sé que está muy aburrido, pero hoy me dieron ganas de actualizar. Pronto les traeré más acción. También prometo que estaré corrigiendo en un rato.


piedpiper

Buenos chicos |vhope|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora