°B A D B O Y F R I E N D° [Freddedy]

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Me haces la cena, pero después pido comida para llevar.

En cierto departamento, se encontraba un castaño preparando la cena para él y para su pareja, ya que hoy era un día especial.

Hoy, Freddy y Fred cumplían 1 año de vivir juntos y 4 años de relación, hoy Freddy quería sorprender a Fred con una cena increíble.

El castaño se tomó mayoría de la mañana y de la tarde en cocinar, sí, ese día había pedido el día libre.

[...]

Le costó, no podía negarlo, pero para Fred cualquier cosa vale la pena, ¿cierto?

El sonido de la puerta siendo abierta por unas llaves alertó al castaño.

Ya tenía todo listo: la mesa acomodada, él vestido para la ocasión, la cena, velas... Todo estaba perfecto.

El azabache entró al departamento con un enorme ramo de flores azules, las favoritas de Freddy.

—¡Freddy, llegué!— llamó esté con la ropa ligeramente desacomodada y entrando torpemente al departamento. Bueno, puede que Fred se haya parado en un bar a tomarse unas 3 copas... Bueno quizá 5.

—¡Oh! Cariño, pasa.

El azabache entró un poco más al apartamento y se dio cuenta que el ambiente estaba algo oscuro, más no en su totalidad, ya que las tenues luces de las velas alumbraban ligeramente su hogar dándole un toque romántico.

—¿Y esto qué es, amor?— preguntó con una sonrisa en su rostro mientras dejaba su chaqueta junto con el ramo a un lado para recibir a su pareja en un abrazo.

El castaño rodeó su cuello con sus brazos, abrazándolo para darle un beso algo lento pero tierno.

—Pues, quise hacerte algo lindo este día... Vamos siéntate.— indicó el ojiazul señalando una mesa pequeña con dos asientos, uno enfrente del otro, con una vela y flores en el centro.

El azabache obedeció a su pareja y tomó asiento. Luego de unos segundos salió Freddy con una enorme sonrisa en su rostro mientras llegaba con un plato de spaguettis com albóndigas para Fred.

—Wow...— exclamó abriendo sus ojos y alzando las cejas, sorprendido. Freddy no era alguien que cocinara mucho, Fred era el que normalmente cocinaba.— ¿Lo haz hecho tu, amor?

El castaño asintió con un leve sonrojo mientras dejaba el plato en el lugar de Fred.

—Eh, bueno... Yo sé que tu comida favorita son los spaguettis... Y pues...— decía el castaño algo nervioso mientras jugaba con sus dedos.

—Awww, mi amor... ¡Es increíble!

—¿En serio lo crees?— dijo este algo entusiasmado.

—¡Claro que sí!— exclamó dándole un pequeño beso en la rosada mejilla del ojiazul, haciéndolo reír.— Ahora hay que comerlo, sino se enfriará... ¡Oh! Casi lo olvido...— dijo Fred levantándose de su lugar para así recoger las flores que dejó a un lado, para después dárselos a su pareja, el cual cubrió con ambas manos su sonrisa.— Feliz aniversario, amor.

[...]

Una vez que ambos terminaron la cena, y que Freddy pusiera en agua las flores azules que Fred le había regalado, el castaño se fue a descansar a su cuarto realmente feliz.

Sin embargo el azabache seguía despierto mientras teclea a algo el su celular para luego poner dicho aparato cerca de su oído.

Primer tono

Segundo tono

Tercer tono

—Hola, buenas noches, "Sushi y más", ¿en que puedo ayudarlo?— atendió la voz de una muchacha joven con actitud positiva.

—Hola buenas noches, me gustaría pedir una orden de makis con salsa de mango y otra orden de makis de camarón empanizado

—¡Claro que sí! ¿Necesita soya y mayonesa picante?

—Sí, por favor, y, ¿podría mandármelo a domicilio?

—Claro, no hay problema. ¿A qué domicilio?

El azabache dio su dirección y así dar por finalizada la llamada.

El muchacho esperó pacientemente en su sofá, revisando unas cuantas cosas sin importancia en su celular para matar el tiempo, y en menos de 30 minutos, alguien tocó a su puerta.

—¡Voy!— dijo a la persona detrás de la puerta para dar a entender que ya estaba en camino a abrir.

Fred se levantó rápidamente de su lugar para así evitar que su pareja fuera a abrir la puerta, encontrándose con un muchacho joven con un poco de acné en sus mejillas, sosteniendo una bolsa de plástico en una de sus manos y su celular en el otro.

—Ehhhh, ¿Alfred Blackbear?

—Sí, soy yo.— afirmó este sonriendo amablemente.

—Aquí está su pedido, ¿puede firmar aquí, por favor?— le entregó su pedido y después los papeles que Fred debía firmar, ya que pagó con tarjeta.

Una vez fue firmado y entregado todo, el joven se despidió, deseándole un buen provecho al azabache y así irse del apartamento.

Fred cerró la puerta y dejó su pedido en la mesa para empezar a sacarlo de la bolsa y abrirlo, provocando que el rico olor del sushi inundara sus fosas nasales. Cerró sus ojos, deleitándose para después comenzar a devorar el sushi.

Freddy admiraba la escena desde su puerta que estaba entreabierta, sintiendo como el nudo en su estómago lo hacía sentirse pesado y sus ojos arder. Fred rechazó su comida.

Obviamente el mayor no se había dado cuenta de la presencia del menor.

Freddy comenzó a salir de su habitación con sigilo y se colocó lo suficientemente cerca del azabache para asi hablar. — ¿Fred?

El nombrado soltó una exclamación y dio un brinco en su lugar. — ¡Ah!— miró de quien se trataba y suspiro con alivio. — Dios, Freddy, qué susto.— murmuró este poniendo una mano en su pecho. — ¿Qué haces despierto a esta hora?

—Lo mismo podría preguntarte a ti. — contraatacó cruzándose de brazos. — ¿Pediste... comida?— pregunto lentamente, mirando al sushi y después a Fred, y viceversa.

Fred sintió sus manos sudar. — S-Sí, eh, es que me llegó el antojo de sushi. Ya sabes, antojos de... ¿medianoche?— dijo este con un poco de humor en su voz.

Freddy asintió, no muy convencido por la explicación del azabache. — Bueno, había sobrado pasta, pudiste haber agarrado más si tenías tanta hambre.— comentó señalando a la cocina en donde había un tupper con la pasta sobrante.

—Ahhh... No me di cuenta que había sobrado pasta. ¡Mañana la comeremos! ¿Si?— dijo este sonriendo de lado. Claro que sabía que había sobrado pasta...

El menor le dio una sonrisa de lado y asintió. — Claro... Buenas noches.

—Buenas noches, mi vida, te amo.— no hubo respuesta.

Y la excusa de Fred fue que los spaghettis de Freddy estaban demasiado salados.