Adam
Apenas terminamos de comer y Jeca ya estaba apresurada limpiando la mesa:
—Parece que te gusta vivir en la suciedad —me reclamaba. Levanté los hombros porque no entendía su obsesión por el orden.
—¿Entonces? —insistió Malcom.
—¿Entonces qué? —resopló Jeca, fastidiada levantando la vista.
—¿Nos van a decir que hay entre ustedes?
—Sí. No hay nada... La cosa es: Necesito dinero, no puedo conseguir trabajo por ser menor de edad, necesito el permiso de mi mamá, y todos saben quien es mi madre... no está dispuesta a ir a sacar un permiso al palacio de gobierno. Hay que madrugar y estar sobrio, son cosas que a ella no se le dan bien. Adam me paga por limpiar su casa, eso es todo. ¿Satisfecha tu curiosidad o quieres saber otra cosa que no te incumbe? —farfulló Jeca con una sonrisa sarcástica.
—No tienes que enojarte —se metió Pato.
—No me enojo, es mi forma de ser, por eso no tengo amigos y estoy aquí... supongo que tampoco tienen amigos —concluyó. Me gustaba el hecho de que respondía sin tacto haciendo todo más sencillo.
Pato cambió el tema, yo agarré otro taco y me regresé al sillón porque ya quería quitarme el efecto del viaje. Tras de mí iba Malcom sonriendo con tranquilidad. Como lo suponía, él estaba interesado en Jeca, solo me seguía para saciar su curiosidad.
—¿Entonces entre ustedes no hay nada?
—Nada.
—¿Entonces no hay problema si yo...? —cuestionó mientras señalaba a la chica.
—A mí me da igual, pero ¿no está muy chica para ti?
—Mientras ella no diga que no todo será perfecto.
—¿Cómo sabes que dirá que sí? —solté con tono de burla para no mostrarme preocupado.
—Tengo mis trucos, Adam, al final ella terminará diciendo sí, sí, sí —repetía, mientras hacía su voz más aguda imitando los gemidos de una mujer—. Jeca está buena, quizá no sea tan flaca como me gustan, pero no está mal, se ve bien... Debo apresurarme antes de que los demás la vean y la conviertan en la puta del grupo.
—¿La puta del grupo?
—Sí, bueno, ya sabes... ¿Recuerdas cómo era Jessica antes de consumir? Una chica solitaria en busca de atención, y vaya que recibió atención de todos. Lo mismo pasó con Cielo, con Rebeca, Anette, y probablemente con Jeca. Es lo que pasa, las chicas se van devaluando ellas mismas, pasan pene tras pene intentando ser consideradas "La mejor" y a nosotros no nos importa decir lo que ellas quieren oír.
Suspiré al escuchar eso. Malcom tenía razón en cierta parte, no estaba orgulloso, pero yo también había actuado como él. Aunque Jeca era diferente a las demás, no por la vida de mierda que llevaba, sino porque buscaba algo diferente: Morir.
Jeca
El tiempo se me había ido muy rápido con Adam y su grupo de amigos. Nos encontrábamos en la cochera, hablando de bobadas. Empezaba a olvidar lo que se sentía estar despreocupada, reír a carcajadas, comer sin presiones; Estuve bien por unas horas.
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Solo una razón
General FictionAdam es un vendedor y adicto a las drogas que se ve envuelto en un dilema cuando Jeca, una adolescente que él conoció años atrás, le pide ayuda con un encargo peculiar. ••••• Dos personas que viven y ven la vida de forma o...