Capitulo IX | ¿Te puedes relajar?

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Tatiana

La jornada del día acababa.


—Es tan aburrido todo esto... siquiera tengo música...—Me quejé, salía de darme una ducha (de cinco minutos que, si lo recuerdan es todo el tiempo que nos permiten para ducharnos) y me preparaba para irme a dormir ya que no tenía mucho más que hacer por más que fueran aun las siete de la tarde.





(...)





Vagando por los pasillos, directo al cuarto que tengo asignado, una melodía un tanto ¿Extraña? me llama ciertamente la atención. En teoría los oficiales e instructores se toman el día sábado, que son los únicos que tienen el ''permiso'' de hacerlo. «No debería haber nadie...¡¿¿ A CASO SERA UN FANTASMA!??» y entonces me horrorice poniéndome más pálida de lo ya blanca que soy «No Tati, eso no puede ser» Me di unas ligeras palmadas sobre los pómulos para recuperar el color «Entonces que será?...» y así me acerque hacia la puerta describiendo nuevamente al pelirrojo «¿A caso tiene que estar EN TODAS PARTES?»El me observo, parecía un tanto emocionado por aquella música . Estaba parado siguiendo el ritmo con su cabeza y al verme, con sus movimientos me incito a ingresar al cuarto tomándome de la mano, mientras se movía oscilante.

—¿¿Que...es esta música??.—No entendía lo que decía, ni tampoco su idioma.

—Se llama Reaggeton, es Latino.—Reveló con simpleza en medio de sus movimientos.—¿Sabes bailar Kuznetsov?.—Añadió con cierto tono desafiante, alzando una ceja mientras se detenía un segundo a encender un cigarrillo.

—Algo sé...—Declaré aceptando el desafío del pelirrojo, mientras daba unos dos pasos hacia él quien dejaba salir con lentitud el humo , proyectado desde sus labios y acercándose.

—Bueno, te voy a mostrar, ven.—Invito para tomar mi mano, posicionándose un tanto cera suyo.

—¡E-ESTAS MUY CERCA!.—Señalé con cierta molestia, pero el simplemente sonrió con su cinismo tan típico.

—No seas torpe. Así se baila esto, te digo que es música latina, mira.—Entonces, extendió sus brazos hacia los lados, mientras movía su torso integro acompañado de aquel movimiento en sus piernas.—Pero en ti, debe ser más pronunciado. Usa tus caderas.—Explicó, y sus manos se deslizaron hacia mis caderas con lo cual no pude evitar sonrojarme y acelerar mis pulsaciones. El indicaba el movimiento de la cintura y su velocidad.—¿Ves? Así se hace.—Se apartó un poco de mí, cerro sus ojos y chasqueaba sus dedos al son de la música, frunciendo el ceño con la apariencia de disfrutar aquella melodía aun con el cigarro entre sus labios, pero no tardo demasiado en exhalar el humo, y regresar su mirada hacia mi.—¡Esooo!, Eso es, MUY BIEN KUZNETSOV.—Aduló dando leves palmadas con sus manos.

—Llámame Tatiana.—Puntualicé al intensificar mis movimientos «¡Valla! Creo que ya entiendo de que va este baile.» Entonces, la melodía se volvió más lenta, y mi danza le siguió. Mis caderas bajaron su velocidad pero aumentaron su profundidad.

Me estas tentandooo, hace rato que te ando velandooo uhho ohh.—Él cantaba en lo que supongo, seria español.

—¿Y que dice la canción?.—Me atreví a preguntarle.—Si es que sabes, claro.—

La ley del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora