Sólo Tú -♂♀

Capítulo 18

—Princesa, ¿recuerdas la norma número cuatro? -Ethan se sentó a un lado de ella, tenía el cinturón en sus manos

—No desobedecer a papi

—¿Y entonces? Te dije que bebieras con modalidad

—¿Cómo sabías todo eso? ¿Cómo sabías que estaba bebiendo tequila?

—Aquí el único que hace las preguntas soy yo -habló con firmeza, su mirada estaba puesta en el rostro de la menor

—¿Me seguiste?

—He dicho que el único que puede interrogar aquí; soy yo -elevó la voz

—Lo siento -la chica chica tenía miedo, no sabía lo que Ethan haría

—¿Recuerdas la norma uno? La primera y la más importante

La chica no entendía el por qué habría que recordar esa norma, pero aun así contestó —No engañar a papi con otra persona

—Por lo tanto abarca todo tipo de acercamiento a otras personas, no debes tocar a nadie más, no debes besar a nadie más ¿Estás consciente de eso? -ella asintió con la cabeza —¿Y entonces?

—Papi, no entiendo

—¿No recuerdas lo que hiciste? -la chica pensó y poco y después negó a lo que Ethan soltó una sonrisa sarcástica —Date la vuelta -ordenó

—Papi -él se puso de pie —Pero, es que no entiendo qué hice

—¿Quién te dijo que beberías de esa manera? Date la vuelta, esta es la segunda vez que te lo digo -y ella lo hizo, dejando su culo expuesto a Ethan.

Él bajó lentamente la pijama de la chica —¿Cuánto bebiste? ¿Eso si podrás recordar?

—Seis caballitos

—¿Qué más? -Ethan sabía perfectamente lo que su chica había tomado

—Nada más

—¿Me vas a decir que con eso perdiste la noción? -ella no dijo nada —No bebiste 6 caballitos, bebiste poco más de 10 y además de eso cinco ginebras, Elizabeth -cada que la llamaba así su corazón se aceleraba y sus manos temblaban. Tenía mucho miedo, era la primera vez que Ethan le hablaba de esa manera

—Papi... -habló con temor en su voz

—Vas a contar cada azote, fuerte y claro -ella asintió. Sintió peso en la parte de sus pies.

Ethan aplicó saliva en su mano, frotó la nalga izquierda Elizabeth disfrutaba de ese tacto, pero no por mucho, sintió el primer azote

—Uno... -dijo ella, dolía y tenía miedo. Ethan repitió lo mismo —Dos... -ahora fue en su nalga derecha. Y así fue, cinco en cada nalga, ambas tenían la marca de la mano de Ethan.

—Levántate -ordenó y ella lo hizo con dificultad. Ethan comenzó a besar su cuello, el simple hecho de verle el culo lo había puesto duro. La atrajo más a él y ella sintió el bulto de su papi en su intimidad. Le quitó la blusa y le bajó las cintas del sostén la tumbó en la cama y ató sus manos con el cinturón a la cabecera de la cama

—Papi, qué estás haciendo -él buscó en el cajón el antifaz. Se acercó a ella para ponérselo, sus ojos de bambi intentaron convencerlo, pero no fue posible. Una vez que la chica no podía ver nada Ethan tomó el vibrador —Papi

—¿Qué princesa? -el hombre le habló en el oído sin que ella se lo esperara. Ethan encendió el vibrador y se lo colocó de una en la vagina de la chica provocando que ella cerrara las piernas —¿Quién te dijo que las podías cerrar?