Again [Brian May]

Now I'm Here

El sudor corría por mi frente como la adrenalina en mis venas, y nuestro público gritaba de una manera ensordecedora. Pude ver como en la segunda fila, una pareja se besaba mientras todos cantabamos "Now I'm here", y no pude evitar sonreír ante eso. Freddie siguió cantando, y bailando como solo él suele hacerlo, John seguía concentrado en su bajo y yo en mi guitarra. Finalmente, los falsettos de Roger y su solo de batería, que dejaba a todos sin aliento.

La canción terminó.

Freddie empezó a caminar a través del escenario y logró de alguna manera controlar al público con el movimiento de su mano.

–Aquí mi amigo, Brian May, les quiere decir algo– Freddie dijo coquetamente mirando a todos por encima de su hombro. Tomó el tubo metálico que sostenía el micrófono y lo pasó por debajo de sus piernas, acercándolo a mi boca. No dude en seguirle el juego y me acerqué al micrófono para decir:

–¡Los amamos, Londres!– nuevamente, la multitud estalló en gritos y aplausos. Y me despedí alzando mi guitarra.

Enseguida fuimos al camerino, y como siempre John, después del concierto, tenía la energía para bailar solo mientras se secaba el sudor mirándose al espejo.

–Después del meet & greet, fiesta en mi casa.– me informó Freddie mirándome a través del espejo.

–¿Mary lo sabe?

–Ella tuvo la idea. Aprovechando que estamos en Londres.

Lo medité un segundo, contemplando la idea de ir a casa y ver algún reality show que solo transmiten tarde, pero supuse que sería buena idea pasar tiempo con nuestros viejos amigos de la universidad.

–Bien.

–Perfecto, al fin Brian podrá perder su virginidad– Roger bromeó por el hecho de que a diferencia de él, no me había acostado con nadie desde hace cuatro conciertos.

–Vete a la mierda, Roger.– Ninguno pudo evitar soltar una risa; ni siquiera Roger, ni siquiera yo.

Escuchamos como tocaron la puerta y enseguida esta se abrió. Era Paul, asomando solo su torso a través del marco para que nadie viera que hacíamos dentro del camerino.

–El meet & greet en dos minutos.

–Estaremos ahí, querido– exclamó Freddie, y sorprendentemente, Paul sonrió satisfecho. Algo no muy común en él, pues tenía la leve impresión de que no le agradábamos.

No nos demoramos mucho en cambiarnos y asearnos levemente, yo apenas me puse una camiseta, algo que no hacía hace mucho ya que ahora solo usaba camisas y blusas, casi siempre por cuestiones de la gira y entrevistas. Pero hoy me sentía tan cómodo estando en Londres, además de que ir a la casa de Mary y Freddie me hacía sentir como universitario otra vez.

En el camino al backstage, Paul nos explicó lo que debíamos hacer. Entrar, saludar a las nueve personas que estarían ahí, tomarnos fotos, firmar lo que ellos quisieran, y no insinuarnos a menores de edad.