Las maravillosas anécdotas de la gigante y el hada (Kiane)

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King pensaba que estaba alucinando o que posiblemente algún golpe a la cabeza le estaba costando creer lo que estaba viendo, al contrario de sus acciones, la gigante no había dejado de observarlo por un largo periodo.

El hada tragó saliva, pensando si sería maleducado de su parte interrumpir su proceso de observación hacia él, pero, decidió que no era el momento por lo que simplemente dio un asentimiento tranquilo.

—Diane —le llamó, ésta, manteniendo aquellos ojos morados serios asintió.

El pecado de la pereza no supo bien como continuar aquello, otra vez, indeciso decidió continuar.

—Me has estado viendo mucho —habló suave, para no llamarle la atención.

—Sí.

Oh, Diane, soltó una pequeña risa que le llamo la atención al chico, éste se acercó a ella estando frente a frente.

—¿Sabes King? —comenzó, el chico dio unos parpadeos en respuesta y el pecado de la envidia se vio en la necesidad de hablar — Elizabeth me dijo que los caballeros suelen besar en la palma de la mano a las personas que son de la realeza.

El hada sin entender del todo sus palabras, simplemente se limitó a verla con decepción al no saber de eso.

—No sé mucho de esas costumbres del reino humano, Diane. —sin embargo, no pudo evitar que los recuerdos le golpearán en su nostalgia, una niña gigante curiosa del mundo humano y un hada sabia que solía explicarle todo.

Se sintió feliz.

—Tú eres el rey de las hadas, ¿no? —preguntó ella, a lo que el rey simplemente asintió.

Ella le sonrió, iluminando por segundos el corazón del hada.

—Bien —y terminado la oración, procuró continuar al sujetar la pequeña mano del hada entre sus manos.

King sintió que su corazón latió, por lo que desesperado se vio en la necesidad de exigir un poco de respuestas.

—¡Diane! —reclamó, e iba a decir algo más— ...¿qué estás....? —no obstante, sus palabras se silenciaron cuándo la fría náriz de la chica tocó su dorso.

Un cándido e ingenuo beso.

Él se quedó en silencio, procesando todo lo que acababa de pasa.

—D-Diane...—murmuró después de aquel contacto, los colores en King aumentaban en cada lado de sus mejillas, el rey de las hadas no sabía que decir o simplemente su mente no conectabas las acciones.

Diane, su gigante, su hermosa gigante.

Su objeto de adoración y amor eterno, ¿a-acababa de besarle?

No obstante, Diane se retiró con lentitud

—Diane —volvió a decir, golpeándose a si mismo porqué parecía que era lo único que tenía para decir.

Agradecía estar consciente o posiblemente

—Los caballeros besan a las princesas también —exclamó ella contenta, repitiendo la escena en su cabeza hacia que el hada casi se cayera —en señal de amor eterno.

¿AH?

Notas finales. 

Hace rato que tenía ganas de escribir este headcanon xd. 

Gracias por leer hasta aquí <3