《10》

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-Ya podés mirar- me dí la vuelta y sacó del auto un oso grande.

-Joa, no debiste- le dije abrazándolo.

-Quería darte un regalo- lo miré con ternura, besé sus labios y respiré su perfume.

-Sos lo mejor- le dije acariciando su mejilla.

-Te quiero- habló besando mis labios una vez más.

-¿Vas a pasar?- le pregunté guiándolo a mi casa y asintió.

-Si, te vine a visitar- mordí mi labio inferior derritiendome por dentro, Joaquín era el chico más dulce que podría existir.

Dejé que entrara y dejé el oso en el sillón, y fuí a buscar algo para tomar junto con dos vasos.

-¿Vamos a arriba?- le pregunté hablando de mi habitación, solo me sonrió y me levantó en sus brazos- Joa- le dije riendo y me llevó a mi habitación dejándome despacio en mi cama.

-Sos tan hermosa __________- me dijo besándome y acariciando mis piernas.

(...)

-Rosita- me habló, sabía que era el, era el único que me decía así.

Me dí la vuelta buscándolo por el pasillo del colegio pero no lo encontré, quise volver a caminar para ir a detención pero me tironearon de la remera haciéndome entrar a un curso vacío.

-Me hiciste asustar tarado- hablé algo enojada y soltó una carcajada y sonreí, que risa tan hermosa.

-Nos escapemos- me dijo tocando mi pelo rosa y negué.

-No quiero meterme en problemas otra vez- le comenté sentándome en una mesa que había en el curso.

-Sos más aburrida- habló haciéndome puchero y yo solté una leve carcajada.

-No soy aburrida- le contesté mientras tocaba su pelo.

-Entonces vamos, te pago el escabio- me dijo.

-Te dije que no Tomás- me bajé de la mesa pero me detuvo.

-Por favor, no me quiero aburrir ahí- habló y dejó un beso en mi mejilla y sonreí empujándolo un poco, su pecho era duro.

-No- le contesté otra vez.

(...)

-No puedo creér que me convenciste en escapar para venir a un bar- le dije mientras tomaba de mi vaso y el me sonrió.

-Sos la mejor rosita- habló mientras jugaba con mis dedos de la mano.

-Ya sé- le contesté y ví entrar a Mauro y Joaquín.

Tomás los notó y dejó de tocar mi mano.

-Llamalos a que venga a tomar si querés- me dijo y le sonreí.

Me levanté de la silla y fuí detrás de Joa y le tapé los ojos, Mauro no decía nada y besé sus labios.

-Pará ¿que hacés? Tengo novia- habló intentando sacarse mis manos de su cara.

-Soy yo tarado- carcajeó.

-Me sentí violado- me reí ahora yo.

-Vengan a tomar con Tomi y conmigo- les dije y Duki se dué a sentar a la par de Tomás como si lo conociera de toda la vida.

En cambio Joaquín se puso serio y caminó agarrándome de la mano.

-Sentate conmigo- me dijo y le sonreí dejándole otro beso.

-No estés celoso amor- le hablé con ternura y me sonrió de lado.

Joaquín se sentó y yo me senté a su lado.

-Hola- le dijo Joaquín y Tomás hizo un ademán con la cabeza y continuó hablando con Duki.

Al parecer ellos eran amigos cuando eran chiquitos.

-¿Por qué no te quedaste en detención?- me preguntó Seven y lo miré.

-Es aburrido- le comenté jugando con sus dedos.

-Te van a dar más días- me dijo y lo miré.

-¿En serio?- pregunté sin ánimos y el asintió.

-¿Ustedes quieren?- nos preguntó Tomás y lo miré.

-¿Que cosa?- pregunté y Duki rió.

-Venir a la casa de un amigo ahora- yo miré a Seven y el negó.

-No, nosotros nos vamos a la casa de Seven- le contesté y después de unos segundos se levantó de la mesa y se fué al baño.

-Nos vemos mami, cuidate, yo me voy con el ce erre o- dijo Duki y besó mi mejilla y luego chocó la mano con Seven.

-Nunca te invité a mi casa- me dijo y puse cara de enojada.

-Entonces me voy con Tomás- me paré y me agarró de la cintura sentándome de nuevo.

-Vos no te vas- me dijo riendo y me dió un beso largo.

La tarde la pasé con el, mi mamá me retó cuando llegué después de cenar a mi casa.

No le presté mucha atención y me entré a bañar, cuando salí de bañarme me puse una remera de Joaquín y me acosté y apagué la lampara.

Pero la volví a prender cuando escuché un ruido, despacio me acerqué a la ventana y Tomás entró a mi habitación.

-¿Que hacés? Me hiciste asustar- le susurré ya que mi mamá dormía.

-Siempre te asustás rosita- susurró el y el olor a alcohol que tenía lo podía sentir a una distancia personal.

-Estás en pedo ¿qué hacés aquí?- el negó rápido y repetidas veces y sacó la cabeza por la ventana y miró a los dos lados.

-Me están buscando- dijo arrastrando las palabras.

-¿Quién?- le pregunté.

-Midel y su- se refregó la cara- su nueva banda- lo hice sentarse en la cama.

-Voy a traerte agua, quedate aquí- le dije y asintió.

Bajé rápido y volví con una botella de agua fría, pero Tomás se había dormido.

Lo moví un poco y nada.

-Tomi- le hablé y suspiré, cerré la puerta con llave y dejé la botella en la mesa de luz.

Le saqué sus zapatillas, al igual que su campera.

Lo corrí un poco, a duras penas y me acosté a su lado.

Suspiré tapándome la cara con las manos.

-Rosita- me habló.

-Te traje agua Tomás, tomá- le abrí la botella con agua y se sentó en la cama para tomarla.

-Gracias- le sonreí a medias.

-Acostate Tomi- le dije dejando la botella de nuevo en la mesa de luz.

-Rosita- me llamó y lo miré- gracias- me dijo y me abrazó acostándose en mi pecho para dormir...

Chico problemas °CRO y tu°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora