Enamorándome De Ti

El camino correcto

Tony se encontraba recostado en su cama. Había pasado una semana después de la fallida misión y cuatro días bajo observación en la clínica, antes de ser enviado a casa bajo un estricto régimen de reposo y alimentación.

Peter no le había hecho ningún comentario, pero cada vez que iba a revisar cómo se encontraba, él podía leer el reproche en su mirada.

Y tenía todas la razones del mundo para reprocharle. Fuera de ser un pésimo padre, de haberlo lastimado y ser una mala persona, también había sido un imbécil al no medir el peligro al que se exponía y al no seguir instrucciones, y termino con varias contusiones de cuidado en sus costillas y una fractura en el antebrazo izquierdo, sin mencionar que se deshidrató y se le encontró algo parecido a un estado de desnutrición en progreso.

Steve también se encontraba molesto con él, a pesar de que Peter le contó que él le había visitado cuando aún se encontraba inconsciente. Seguramente, estaba esperando a que se recuperará por completo para amonestarlo por ponerse en riesgo de forma tan estúpida y por poner el riesgo a todo el equipo con sus acciones imprudentes.

En verdad que había sido un idiota.

¿Cuántos tropiezos más tendrá que tener hasta poder encarrilarse en el camino correcto?

Suspiró. Al parecer ya era un caso perdido y su padre si que había hecho un espectacular trabajo al echarlo a perder como padre y definitivamente, si que hizo un maravilloso trabajo al convertirlo en un ser insensible y un idiota integral, cuando de demostrar afecto se trata.

La puerta de su habitación se abrió, sacándolo de sus cavilaciones, dandole paso a Peter, que llevaba consigo una pequeña bandeja con lo que parecía ser fruta picada, jugo de manzana y un vaso de agua.

El menor avanzó con cuidado hasta llegar a una de las cómodas del mayor, dejando la bandeja allí por el momento.

—papá, hora de tomar las onces y tus analgésicos— anunció el menor, abriendo el cajón de la parte superior y sustrayendo de él los medicamentos.

—lo comeré después. Gracias Peter— agradeció sin darle una mirada a lo que se encontraba dispuesto sobre la bandeja.

—no lo harás. Encontrarás la forma de deshacerte de todo y seguirás con la misma actitud autodestructiva que tenías antes de que todo saliera mal— explicó el menor con seriedad, ganándose una mirada de sorpresa y asombro del castaño. —así que en verdad planeabas hacerlo, no. Pues bien, me parece justo que tú y yo tengamos esa conversación que tenemos pendiente— explicó con una seriedad tal, que le hizo verse mucho mayor que sus catorce años a los ojos del castaño.

—se supones que son los padres los que les dan pláticas a los niños, no al revés— comentó con ironía, tratando de desviar la conversación.

—pero tu no estás actuando como un adulto, te estás comportando como un niño y a falta de Steve para hacértelo ver, tengo que intervenir— respondió con la misma seriedad anterior, retomando el tema —¿Crees que esconderte en tu taller y autodestruirte va a arreglar las cosas? Lamento decirte que no es así. Solo te estás haciendo más daño tu mismo y le estás haciendo daño a los que te quieren y quieren que estés bien. También lamentó decirte que tirándole a la pena no vas a lograr que las cosas con Steve se arreglen, simplemente le vas a generar pesar y más angustia. Pero el daño seguirá ahí, sin curar. Y ¿Quién sabe? Probablemente en el camino encuentre a alguien que le haga feliz y decida pasar la página e irse con esa persona— explicó en el mismo tono, deseando en su interior que esto sirviera para hacer que su padre tomara las riendas de su vida, hiciera las cosas bien con Steve y que corrigiera su senda antes de que sea verdaderamente tarde.

—tienes razón— admitió en voz baja, para luego dar un largo suspiro —sigo actuando como un imbécil y me disculpó contigo por toda la angustia que te hice pasar allí. Tengo que cambiar— respondió con seriedad y tristeza —al parecer, él es mejor padre de lo que yo podré ser algún día. Veo que ha hecho un gran trabajo contigo— explicó con la voz algo cortada por el grueso nudo que se formaba en su garganta ante la revelación.

—deja de compararte con Steve. Ambos tienes sus cosas buenas y malas y ambos le han aportado mucho a mi vida en el tiempo que llevamos juntos— resopló el menor, odiando que su padre utilizará eso para menospreciarse.

—no mientas, soy un asco como padre. Mi padre fue así conmigo, así que porque las cosas habrían de ser diferentes conmigo. Es de genética— murmuró con la voz llena de frustración, dolor, tristeza y rencor.

—ese es otro de tus errores. Aún vives pensando en lo que tú padre hizo contigo y crees que eres igual sólo porque él fue así. Deja de encerrarte en eso. Tienes que avanzar y aprender del pasado. Sé que eres mejor que eso— explicó el castaño menor con seguridad y seriedad, dandole una pequeña sonrisa al castaño con lo último.

—eres el mejor hijo que un padre puede desear— respondió el castaño mayor, llevando su mano no herida a los cabellos castaños del menor y dejando una caricia allí. —gracias Peter, no sabes cuánto te agradezco por esto— agradeció con suavidad y cariño.

El castaño menor sonrió y su sonrisa fue imitada por el castaño mayor, que se dijo a sí mismo que esta vez sí, definitivamente, arreglaría las cosas.

Después de esa conversación, el castaño mayor tomó lo que el menor le había traído y tomó sus medicamentos, decidido a cambiar para que las cosas cambiarán.

*******

Tony salió de su habitación en la tarde y empezó a divagar por toda la torre, ya que tenía prohibido el ingreso a su taller. Secretamente, se encontraba buscando a Steve, pues llevaba una semana sin verlo y verlo a través de las pantallas, realmente no contaba como verlo.

Decidió buscarlo por su cuenta, ya que Jarvis tenía una extraña tendencia a burlarse de él últimamente y no quería que su propia invención le restregará sutilmente su incompetencia.

Vagando por todos lados, llegó hasta una de las terrazas, donde vio una escena que le causó una gran cantidad de celos.

Allí se encontraban Steve y el Robocop hablando tranquilamente y riendo, mientras observaban la ciudad.

Tenía ganas de inrrumpir en la escena y alejar lo más que pudiese a Steve de aquel idiota, pero se detuvo de inmediato.

Él había tenido todo aquello con Steve, pero había sido un imbécil y lo había perdido, y ahora era ese idiota el que lo estaba disfrutando.

Por la paz, decidió regresar por donde había venido, diciéndose que había perdido en esta ocasión, pero con la firmé intención de regresar.

Que haya perdido una, no significaba que se estuviera rindiendo, por el contrario, sería esta una motivación más para recuperarlo.

Perder a Steve por completo no era opción.

A su memoria llegaron los recuerdos de los besos que había compartido con él y se dijo que definitivamente, haría todo lo que estuviese en sus manos para que Steve fuera suyo. Pues Tony ya le pertenecía aún antes de que esté estuviese enterado.