1. k i s s a n d m a k e u p

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How about we leave this party?
'Cause all I want is you up on me.

2 de marzo de 2019
Madrid, 23:45.

Lo último que se esperaban aquella noche de principios de marzo era encontrarse en la misma discoteca. Ambos pensaron que, de nuevo, el destino estaba haciendo de las suyas, que les estaba volviendo a fastidiar.

Porque, venga ya, ¿qué probabilidad había de encontrarse en una de las cien discotecas que había en la capital?

Raoul se encontraba con sus compañeros de La Llamada celebrando su despedida provisional del musical. A decir verdad, no estaba demasiado animado. Tenía sueño (quizás quedarse componiendo hasta cerca de las cuatro la noche anterior no había ayudado demasiado) y estaba deseando irse a dormir, pero Nerea insistió en que fuera. "Vamos, será divertido" le había dicho poniendo una cara tan adorable que le fue imposible resistirse. Divertido una mierda, pensaba ahora el catalán mientras se soplaba el flequillo para evitar —aún más— la frustración.

Agoney estaba allí por gusto propio. Unos amigos de su isla habían ido a visitarlo a Madrid. Fue él mismo el que propuso ir a aquel lugar; pues, aunque no saliera demasiado, siempre le había gustado aquella discoteca. Rara vez había demasiada gente, pero siempre poseía un ambientazo. Siempre se lo pasaba genial. Y esa noche no iba a ser menos.

Pero entonces lo vio.

Estaba restregando la cadera contra uno de sus amigos cuando dirigió su mirada a la barra y se encontró con aquella melena rubia que tantas noches había acariciado. El chico sonreía mientras bebía un sorbo de la copa que tenía en la mano. Movió la mirada por el grupo y reconoció la mayoría de las caras, observando al final a Nerea, que bailaba pegada a una de sus compañeras de musical.

Dudó en si acercarse a saludar o no. Sería bastante raro teniendo en cuenta que el de Montgat y él habían decidido darse un tiempo hacía menos de dos semanas. Aún podía recordar su expresión triste y sus palabras exactas. No puedo más, Ago. Sabía de sobra que su problema no era él, pero aún así ambos decidieron que lo mejor sería alejarse por un tiempo. Cada uno por su lado.

Mientras tanto Raoul seguía en la barra, sin ganas de bailar ni de hacer el tonto como siempre hacía. No se sentía él esa noche. Pensó en que tal vez el alcohol podría ayudar, así que en ese instante se encontraba dándole el primer sorbo a su cuarto cubata. Nerea lo miraba preocupada, pero a él le daba igual.

Últimamente nada en su vida tenía sentido.

Desde las dificultades que la discográfica le estaba poniendo para sacar su single a verse obligado a cambiar de acompañantes para el viaje que realizaría con su ahora ex novio. Fue su regalo de Navidad. Pensó que sería buena idea pasar unos días en la isla natal de Agoney, en aquel hotel que había visto cómo se atrevieron por fin a confesar sus sentimientos hacia el otro. Aquel hotel que fue testigo de cómo hacían el amor por primera vez. Cuando le entregó el regalo al moreno, no dudó en saltar a sus brazos diciéndole que era demasiado. Nunca es demasiado si la recompensa es verte así de feliz, le había dicho con una sonrisa de oreja a oreja. Se rompió por dentro al recordar que ahora tendría que pasar aquellos días con unas personas que, aunque siempre habían estado ahí, ahora consideraba simples conocidos.

Les habían quedado tantas cosas por hacer. Ahora nunca le podría llevar a Ibiza o a Londres. Ni compartir piso como se prometieron dentro de esa academia. Tampoco podría volver a ver cómo su primo y él se unían para picarle. Ni se repetirían esas cenas improvisadas que siempre acababan con ambos cuerpos unidos en el sofá.

pero quiero contigoWhere stories live. Discover now