2. m i d d l e o f t h e n i g h t

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I keep coming back to that moment
Where it all fell apart
[...]
And I don't understand
How you slipped through my hands

2 de marzo de 2022.
19:45, Madrid.

En el centro de Madrid, Raoul dedicaba una sonrisa a la última fan en la cola de su primera firma de discos.

Su primer trabajo estaba siendo todo un éxito. Siempre le había gustado ir despacio para poder disfrutar de lo que creaba, así que habían pasado ya tres años cuando por fin terminó de grabar su primer álbum, que había ido directo al número 1 de ventas, sorprendiendo incluso hasta a los que antes aseguraban odiarlo.

Que revienten.

Así pues, el rubio salió del establecimiento poco después, tras haber atendido a algunos medios que se habían acercado a la firma. Le había encantado la experiencia de ver caras conocidas que aún seguían apoyándole y de rostros desconocidos hasta ese momento, todos ellos cargados de ilusión y de orgullo, porque por fin lo había conseguido.

Se dirigió a su apartamento dando pequeños saltitos por la felicidad contenida en aquel pequeño cuerpo. Además, por el camino se detuvo frente a su tienda de sushi favorita, recompensándose con una buena ración para cenar.

En otro lugar de la capital, Agoney recogía sus cosas del que había sido su hogar durante dos años y se secaba una lágrima que se había atrevido a deslizar por su mejilla como antecedente de muchas otras.

Pablo había sido su gran apoyo durante esos años. Se conocieron en una fiesta relacionada con la discográfica a la que le obligaron a asistir. Mentiría si dijera que no pensó que lo suyo sólo sería sexo de una noche pero, contra todo pronóstico, no lo fue. El chico insistió en mantener el contacto. Agoney, que no estaba muy por la labor de empezar una relación tras haber perdido a Raoul, aceptó a regañadientes. Sin embargo, la historia dio un giro inesperado y se vieron quedando todas las semanas. Descubrieron que tenían mucho en común: ambos amaban los animales, a Muse y los paseos por Chueca, que a partir de entonces se repetirían cada sábado.

Comenzaron a salir un 29 de mayo de 2020, mudándose juntos tan sólo un mes después, aprovechando una oportunidad que quizás ya sólo pasaría una vez en la vida.

Agoney se pasó esos dos años intentando autoconvencerse de que estaba perdidamente enamorado de Pablo y de que los recuerdos que se le venían de vez en cuando a la cabeza con cierto rubio como protagonista eran simplemente fantasmas del pasado.

Aquel 2 de marzo se dio cuenta de que no.

El canario no se esforzó en buscar ninguna excusa pues, aunque no de la forma en que debería, quería a aquel chico con todas sus fuerzas y lo último que quería era hacerle daño. No puedo estar contigo si mi cabeza piensa continuamente en otra persona, le había dicho. Pablo no se lo tomó del todo bien y le dijo al insular cosas de las que probablemente se arrepentiría (o al menos eso quiso pensar él), echándolo posteriormente del piso que ambos compartían y dejándolo en la calle.

La primera persona que se le vino a la cabeza tras aquel suceso fue Alfred. El catalán se había mudado hacía apenas unas semanas a Madrid (muy a su pesar, pues abandonar su tierra era lo último que deseaba) por motivos de trabajo. Sabía que el chico comprendería la situación y lo dejaría quedarse en su casa hasta encontrar un nuevo piso.

pero quiero contigoWhere stories live. Discover now