NUESTRO PEQUEÑO SECRETO

EXTRA 4 (parte 2)

—Tony, ya han pasado dos días, deberías hablar con Steve, ambos deben aclarar las cosas— Pepper se aproximó al castaño poniendo una mano sobre su hombro— hazlo por los niños, pero también hazlo por ti, cariño odio verte así.

El castaño estaba sentado en la cama de la habitación que Pepper le había dado en su departamento. Hace ya dos días de aquel horrible episodio en el Bar y Tony no pudo estar más al lado del alfa, se sentía tan mal y el dolor por todo lo ocurrido lo estaba empujando más a la depresión. Los niños estaban con él, Tony solo pudo mentirles diciendo que Steve estaba de viaje y que ellos se quedarían en casa de Pepper. Necesitaba tiempo, quería un tiempo para pensar las cosas. Steve se había negado rotundamente a dejarlos ir, casi enloqueció al saber que Tony quería estar fuera con los niños, le rogo pero fue Tony quien le confeso que no estaba bien y que necesitaba un poco de espacio diciendo que cuando todo se calmara ellos podrían hablar, Steve viendo el dolor en los ojos de Tony, tuvo que aceptar.

El castaño miro taciturno como Dodger quien estaba con ellos, entraba a la habitación de manera silenciosa, casi adivinando el estado del castaño, el can se subió a la cama donde estaba su amo y de manera gentil empezó a lamerle una de sus manos casi como si le diera ánimos, Tony acaricio la cabeza del cachorro con cariño, ese perro era muy empático con su familia, hasta aullaba triste cuando los niños lloraban por algún golpe o caída.

— ¿crees que se haya cansado de mí?, que ya no me encuentre atractivo o que haya perdido el interés en mí y que por eso busca divertirse con otras personas antes que llegar a casa y cargar con los niños y conmigo?— el can movió la cabeza a un lado como si le prestara atención— tengo miedo, temo que me diga que ya no me ama si vuelvo a verlo— dijo ocultando su rostro.

Tras unas horas, el castaño se encontraba alistándose, Pepper lo vio colocándose su saco a punto de salir por la puerta

—Iré por un poco de ropa para los niños, aprovechare que Peter duerme y que Jhonny aún está en la escuela— dijo decaído.

— ¿Hablaras con Steve?—pregunto cautelosa la pelinaranja

—a esta hora debe estar en la oficina, no creo que me lo encuentre— dijo con una mueca triste

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Aparco el auto en la entrada y tomo sus llaves adentrándose en la casa, todo lucia igual pero observo también los restos de algunas botellas de licor en la mesita de centro, se sorprendió un poco pues Steve no era de los que tomara de esa manera, limpio el área y se decidió por subir a la habitación de los niños para guardar algunas ropas en el bolso que traía consigo. La fotografía puesta en la cómoda de Jhonny llamo su atención, eran ellos cuatro más Dodger sentados en el césped mientras Steve cargaba sobre su cuello al bebé y Jhonny comía un helado con la carita embarrada, su labio empezó a temblar por la tristeza y las nuevas lagrimas amenazaban en salir.
¿Cuándo fue que todo se estaba arruinando?, ¿cuándo fue que él y Steve empezaron a discutir tanto?, ¿cuando fue que estos momentos de felicidad se empezaron a acabar?.

—Te escuche entrar— una voz tras él lo asusto pero se calmó un poco al saber de quien se trataba— lo lamento, no quise asustarte

Tony se limpió las lagrimillas y se giró encontrándose con el rubio, Steve estaba parado en la puerta, lucia fatal, la barba crecida y vestido con camiseta y pants simples, las ojeras en su rostro demostraban las noches desveladas y el olor a alcohol delato que había tomado aunque no se notara ebrio

—Pensé que estarías en el trabajo— respondió tratando de estar calmado

—no podría ni aunque lo intentara— confeso con un intento de sonrisa—no tiene caso de todos modos