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Llego el lunes, algo confundida. Miriam está tecleando y ni me mira. Suspiro y me siento. Quizá no pensó nada, ella no es de esas... como yo.

-¿Estás bien?- me dice una voz al oído.

-Estupenda- digo mirando a una Patricia sonriente.

-Te extrañé este finde- me dice, y yo recuerdo el domingo.

-Yo también me acorde de ti- El sábado...

-¿Qué hiciste?- Sonríe.

-Ahmm la verdad, el sábado solo descansar y el domingo fui a un evento de libros- sonrío.

-Ah pero que ñoña- se ríe.

-¿Y tú?

-Pueees, fui a un pub el viernes, el sábado me junte con unos amigos y el domingo fui a ver a mis padres- sonríe- ¿Quizá podríamos vernos un día de esos?

-Me encantaría- digo embobada. Ella me guiña un ojo y se va a trabajar.

Termina la jornada, bajo al parking, hoy no quiero quedarme. Creo que sería incómodo, al menos para mí.

Veo a Patricia pasando a mi lado y me agarra la mano. Abre la puerta trasera de su coche y me hace entrar.

-Oye que...- digo dudosa viendo como cierra la puerta.

-Pensé que te gustaría más esto que un baño.

-Aaah, si mucho mejor- digo captando el mensaje. Patricia sonríe y me besa. Le sigo, deleitándome con lo sexy que es, mete su lengua y se pone sobre mí. Ella me rodea con sus brazos y yo empiezo a excitarme. Acaricio su espalda por debajo de la ropa y beso su cuello. Respira agitada y sonríe mientras bajo mis manos a su culo. De repente estoy algo dudosa. Patricia parece que lo nota porque me coloca el pelo detrás de la oreja y me lame el lóbulo.

-Sigue- me dice con la voz rasposa. Me mira con lujuria y yo la beso con intensidad apretándola más a mí, suelta un leve gemido mientras le beso el cuello.

-¡Ummm! Me encantas- susurra. Sonrío pasándole la lengua por el cuello y besándola más. Se mueve un poco sobre mí y ahogo un gemido moviéndola con fuerza al asiento de al lado y poniéndome sobre ella quitándole los botones de la camisa. Ella respira agitada.

-Vaya pensé que eras de las que lo hacía con la luz apagada- Me desconcentro y me río un poco.

-Pensaste mal.- Y Patricia me mira con fuego en sus ojos acariciándome el culo y subiendo sus manos a mis pechos. Me los aprieta y cierro los ojos disfrutándolo. Me separo un poco desabrochando el botón de su pantalón, la miro a los ojos y le bajo lentamente el cierre. Ella se muerde los labios y cuando me acerco a ella con la intención de besarla y seguir más intensamente, suena su móvil.

-¡Me cago en todo!- masculla. Me siento y respiro profundo.

-¡Sí! ¡Si me acuerdo! ¡Sólo unos minutos! Está bien- corta resignada.- Lo siento Mimi, en realidad había quedado con unos amigos, te vi y me fue irresistible no acercarme...

-No digas más- digo besándola y saliendo del coche. Ella se va al asiento de al lado.

-Espera, ¿no te enfadaste o sí?

La miro, independientemente de la calentura cortada, la verdad... es que acepto que sea así.- No, tranquila- Sonrío.

-Dame un beso- hace un puchero sexy. Sonrío y me inclino a la ventana mientras ella me agarra de la cabeza y me besa.

-Nos vemos mañana- sonríe.

-Nos vemos mañana.- Digo alejándome y yendo a mi coche.

Voy a casa y aprovecho de limpiar mientras escucho la radio de fondo. Pienso en Miriam y el pequeño sonido que hace al cambiar de página, recuerdo que el primer día casi me pega por lo tosco de mis movimientos, me río sola y después me doy cuenta de la chorrada de mis pensamientos, niego con la cabeza y continúo con lo que estaba haciendo.

Ella es perfectaWhere stories live. Discover now