ELEVEN DAYS 花冷え; kookmin

007

(Día seis)

—Papá sería dueño de un bar y yo uhmm... Me gustaría ser doctor y salvar la vida de millones de personas. — sonrió Jimin, emocionado de sólo pensarlo.

Estaba acostado junto a Jungkook, abrazado a él con fuerza. El mayor también sonrió, dejando un suave beso en la sien de Jimin. Ambos esperaban a que el señor Park encontrara una buena película para empezar la noche de cine en casa, y mientras eso pasaba jugaban a imaginar otra versión de sus vidas, una perfecta.

—Papá no sería el dueño del bar... Mas bien creo que sería el señor de la limpieza. — comentó un divertido Jungkook, haciendo reír a Jimin.

—¡Te escuché! Si sigues así te borro de mi testamento.

—No es como si nos fueses a dejar mucha herencia...

—¡Park Jimin! No puedo creer que estés de su lado — finge estar molesto.

—Siempre estaré de su lado. — Jimin le miró a los ojos y sonrió. 

—Y yo de el tuyo, bebé. — besa sus labios cortamente, mirándole con puro amor.

El señor Hanmin los observa desde donde está con una gran sonrisa adornando su rostro, él hubiese deseado haber tenido un amor así con su ex esposa.

—Oigan, chicos. — llama la atención de los dos adolescentes y estos enseguida lo miran.

—¿Si? — Jungkook es quien responde.

—No necesitan imaginar una vida perfecta cuando ya la tienen. Estamos juntos en esta vida y eso es perfecto, hijos.

Los dos chicos sonríen ampliamente, asintiendo.

—Es totalmente perfecto. — concuerda Jimin.

—Bien suegrito, ya que no ha encontrado ninguna película aún, veremos the curse of la llorona como Jimin y yo habíamos planeado. — dice Jungkook haciendo cambiar completamente el rostro de Hanmin.

—¡Dije que no me gustan esas películas! — se queja haciendo reír a los dos menores.