Las Esencias de la Sangre. ©

Capitulo 1.5 Las Cronicas de la Sangre. (MUESTRA)

¿Raro?, no soy, sé pasar desapercibido. He visto películas, no soy tonto, sé que si doy un paso en falso todo este reino de sangre y viseras se vendría abajo, junto con toda una vida que he creado.

La sangre. De eso venimos a hablar ¿no?. Tan calida, tan espesa, con ese sabor a óxido que tanto me deleita. Ah, dejenme aclarar una cosa: no, no soy un vampiro adolescente enamorado de una chica que parece tener hepatitis. Yo solo soy alguien normal, normal si le quitas el inmenso placer que siento al asesinar, claro. Ni siquiera diré mi nombre, no puedo arriesgarme de esa forma. Escribo esto solo para conservar un poco de mi humanidad y fingir sentir un poco de culpa y remordimiento al matar.

Mi ultima víctima, un niño de siete años, del pueblo vecino, se llamaba Robín, no sé que clase de padres dejan a su hijo que, apenas empieza a aprender a leer, caminar por el bosque a altas horas de la noche. Tal vez sus papás son unos drogadictos y habían muerto de una sobredosis al segundo de salir de su casa. El caso es que Robín quiso compartirme un poco de sus Frut loops, y termino con una navaja suiza en un sien. Creo que por Robín comencé a escribir esto. Creo que siento un poco de lastima por él. No lo sé, nunca habia asesinado a alguien tan joven y lleno de vida. Es mórbido, pero a la vez excitante. Se veía tan indefenso y hubiera tenido que ser tonto para no haber hecho lo que hice.

No quiero llamar diario a este cuaderno, porque un diario es para escribir cuando te invita a salir la persona que te gusta ¡ya sé! Son mis crónicas; las cronicas de la sangre. Me gusta como suena. Me caracteriza, diría yo, tal vez escribir aquí se vuelva un pasatiempo.