¿Qué le ocurre al secretario Jeon?-Taekook

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El secretario Jeon va entrando a la casa/mansión del Vicepresidente listo para hacer los preparativos.

Prepara el desayuno, escoge una camisa blanca y luego un traje azul mar, una corbata del mismo color y un reloj de los tantos de los que tenía para combinarlo.

Luego cuando Taehyung ya llegaba con su camisa y pantalón puestos, le colocaba la corbata y decía el estilo.

—Hoy he preparado una corbata monótona que va con una imagen intelectual y moderna—dice mirándolo a los ojos.

Taehyung gira y se observa en el espejo.

—Luce bien.

—Gracias.

El vicepresidente se coloca el saco y Jeon le acomoda la corbata, mientras Taehyung se observa al espejo.

—¿No es muy brillante?

—¿La luz del sol?

—No.. el aura que emana de mí—dice con voz triunfadora mientras estira los brazos, así formando una "V".

Jungkook rueda los ojos sin que lo vea su jefe, luego gira y agarra su tablet.

—Sí, es cegadora. Esta es la agenda para hoy—le pasa la tablet para que mire.

Taehyung agarra la tablet mira un poco y luego se la devuelve.

Comienza a sonar el celular del secretario.

—Es el Ejecutivo Kim, ¿Debería responderle?

—No, seguro dirá que el contrato en Vietnam no fue bien—dijo mirando al espejo—No quiero escuchar este tipo de historias y arruinar mi ánimo de la mañana.

—¿Es un pecado?

—Los pecados no sólo incluyen herir a otros y robar. La incompetencia, si no también ser ignorante de tu ignorancia es un pecado.

Jungkook asiente con una sonrisa un poco extraña, pensativo.

—Secretario Jeon, ¿De casualidad lo sabes?

—¿Qué?—Jungkook estaba perdido.

—¿Como puede una persona ser incompetente?—dice pensando.

—Tiene razón—Sonríe.

—Intentar y lograrlo es simple. ¿Porqué no pueden hacerlo?—le pregunta.

—No todas las personas son como usted, vicepresidente.—sigue sonriendo.

Taehyung adapta una posición pensativa.

—¿De verdad?

—Claro, en toda mi vida, no he visto ha nadie tan perfecto como usted, vicepresidente.

Jungkook estaba enojado por dentro por esa actitud pero tenía que disimular, así que continuó sonriéndole.

Taehyung ríe y en ese momento vuelve a sonar el celular del secretario.

—¿Quién es?

—Esta vez, es una persona que ha cometido un gran pecado. ¿Cómo debo hacerme cargo?

Taehyung suspira.

Luego de un rato están ya llegando a uno de los tantos edificios de la compañía.

—Hemos llegado—dice Jungkook.

El secretario se encontraba sentado en el asiento del copiloto, baja por su cuenta y luego espera junto a los otros empleados junto a la entrada a que le abran la puerta al vicepresidente, vuelve a colocar una sonrisa en su rostro y está atento.