epílogo 3

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Por la mañana Bakugo despertó a su esposo para darse un baño, claro que separados de lo contrario se tardarían más de la cuenta.

Deku notaba a su marido algo raro, evitando demaciado contacto y apurando lo a salir, a algún lado desconocido e impidiéndole ir a trabajar.

Salieron en el auto en completo silencio, como si el rubio tuviera mucho en su mente y eso lo tuviera disperso.

Al llegar a su destino se sorprendió enormemente al ver la casa de su madre.

- vamos - Katsuki tomo su mano y a paso firme camino a la entrada donde tocó la puerta.

- ya voy - se escuchó una voz responder y pronto abrió la puerta.

- hola mamá - saludo el peliverde algo nervioso.

- pero....pasen...¿sucedió algo?.... ¿Katsuki?

- señora Inko - paso de la mano con el peliverde, cuando la mujer se hizo a un lado para déjalos entrar.

- justo preparaba café - los invito al comedor.

- gracias mamá.

- que gran sorpresa....que me visites sin avisar hijo y esto...no sabía que estabas de regreso Katsuki.

- no tengo mucho desde que estoy aquí.

- eso explica que tú madre no me dijera nada al respecto, bueno pero adelante - dejo algunas tostadas y mermelada para acompañar el café.

- amm...esto... Kacchan... - realmente no sabía lo que pasaba pues no pensó que tan rápido irían con su madre.

- realmente estamos aquí para otro asunto - el rubio tomo la mano de su amado dejando a la vista el par de anillos.

- mamá, nosotros....

- yo ví en las noticias algo sobre.... - dejo su café y les dedicó una cálida sonrisa.

- ¿noticias?

- no pensé que fuera tan rápida esa reportera.

- ¿reportera?

- entregue la exclusiva a una reportera, ya todos saben de nuestra boda - lo dijo como si fuera lo más natural.

- ¿qué hiciste qué? - trato de dinerito esa noticia.

- estoy muy enojada con ambos - intervino la mujer - la boda de mi hijo, yo tendría que estar invitada.

- esa boda fue para los medios, pienso en una boda en grande digna para Deku, a la que claramente estarán invitados los amigos y familiares...

- yo quiero ayudar a organizarla - se levantó feliz de solo imaginarlo.

- porsupuesto - beso la mano de su esposo que estaba más rojo que un tomate solo imaginando algo así.

- mientras hagas feliz a mi hijo yo les doy mi bendición - abrazo a su hijo y a su ahora yerno.

- gracias mamá - respondió al abrazo con cariño.

- si bueno tenemos que irnos ahora - sabía perfectamente que la mujer trabajaba y no quería hacerla perder su tiempo, ya habría tiempo de hablar sobre el tema.

- tan pronto, pero apenas llegaron.

- entre más rápido menos dolor, creo.

- bueno los espero muy pronto para planear la boda.

- claro que sí, es hora amor - lo tomó de mano y salieron de esa casa.

Antes de irse le dió a la mujer una memoria, subieron al auto con rumbo al infierno.

Ni Héroe Ni VillanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora