Hey nena - Capítulo 2.

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Y desde ese día "Dante" venía por el día a visitarme y pedirse un helado de fresa

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Y desde ese día "Dante" venía por el día a visitarme y pedirse un helado de fresa. No había día que no viniera y no lo pidiera ¿Tanto le gustaba?
-¿No te cansas de tomar siempre lo mismo?-pregunté observándolo, dejó de comer de su helado y me observó alzando los hombros-no tienes remedio-reí.
-Déjame-dibujó un puchero en los labios.
Se veía tan tierno a pesar de ya tener unos tantos años, siempre venía por las mañanas a contarme como estaba su día y que le de "lo que siempre pide."

Poner el helado de fresa en este menú fue lo mejor que hicieron.

Decía esas palabras todos los días y me sacaba miles de sonrisas por su expresión de niño alegre disfrutando su postre preferido.
-Supe que ya no vienes a este lugar de noche-comenté mientras limpiaba una copa de helado.
-No me interesa-respondió-aparte, no me llevo bien con los que vienen aquí a esas horas.
Y recordé el buen puñetazo que le dio al tipo, no pude evitar reír.
-¿Qué sucede?-su mirada curiosa se posó en mi.
-Recuerdo el buen golpe que le diste a ese tipo.
-Se lo merecía, aunque hubiera esperado para ver como le reventabas un vaso en la cabeza-rió él.
-No la iba a pasar muy bien.
-Eso estaba más que seguro.
Reí dejando la copa sobre la barra.
-Bueno-dijo satisfecho mientras dejaba la pequeña cuchara dentro de la copa vacía-debo irme-agregó dejando dinero y se levantó.
-Te espero mañana-avise al verlo partir.
Volteó a verme y sonrió de lado.
-Mañana a la misma hora nena-me guiño el ojo y abandonó el lugar.
Suspiré tomando la copa y me puse a pensar ¿Qué hacía? ¿De qué trabajaba? Sus ropas eran diferentes a las de cualquier persona, aparte siempre andaba con un estuche de guitarra a un lado ¿Tomará clases de guitarra? Eso nunca se lo pregunté, mañana lo haré.
-___-llamó el jefe, lo observé esperando que no me dijera lo que creo que sabía-¿Mañana puedes trabajar en el turno de noche?

Maldición.

-Claro-sonreí ¿Negarme? Era el único trabajo que tenía y me costó mucho conseguirlo, no tenía otra.
-Bien, mañana a las 22 pm te quiero aquí-ordenó asintiendo y se fue sin más.
Y otra vez suspiré pero esta vez con frustración, el muy maldito se aprovechaba de mi y de paso era un puto tacaño que no era capaz de pagarle a alguien más para que tomara el lugar de mi compañero. Bueno... si vieran todo lo que pasa en este lugar de noche, creo que no querrían venir más.
-Y bueno... no queda otra-alcé los hombros. 

Hҽყ ɳҽɳα.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora