Hey nena - Capítulo 6.

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Sentía los rayos del sol en el rostro, quejosa abrí los ojos y lo primero que vi fue un techo de madera ¿Dónde estaba? Mi cabeza hizo click al recordar lo de anoche, Dante ebrio casi llorando por la perdida de su familia y yo abrazándolo como cons...

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Sentía los rayos del sol en el rostro, quejosa abrí los ojos y lo primero que vi fue un techo de madera ¿Dónde estaba? Mi cabeza hizo click al recordar lo de anoche, Dante ebrio casi llorando por la perdida de su familia y yo abrazándolo como consuelo hasta que se durmiera.
-Dante-nombré incorporándome sobre aquella cama de dos plazas, su fragancia invadía mis fosas nasales repito era perfecto el aroma.
Me levanté sin notar su presencia, sobre la mesa de noche una nota con una letra muy prolija para ser de Dante.

Te veías tan tierna durmiendo que no quise desperarte. Perdón por lo de anoche, pronto voy a recompensarte por ello y gracias por aguantarme.

                                                     Dante.

Si, era su letra. No pude evitar reír al ver a un lado de la hoja una rosa de un rojo llamativo, tan él.
-Ay Dante-suspiré tomándola entre mi mano y con la otra acariciaba suavemente los pétalos.
Comencé la mañana ordenando su cama y luego bajé para prepararme algo de desayunar y seguir con lo demás. Incluso tuvo visitas, dos mujeres una de cabello negro y otra rubia.
-Hola-saludó la morena con una sonrisa en los labios.
-Hola-saludé amablemente.
-¿Está Dante por aquí?-preguntó la rubia a un lado de la otra.
-No, salió temprano-respondí llevando una mano al mentón-¿Necesitan que le diga algo?
Ambas me vieron de arriba hasta abajo.
-¿Cómo te llamas?-preguntó sin más la de ojos bicolor.
-Me llamo ___, trabajo en la agencia de Dante-respondí-¿Y ustedes quienes son?
-Lady-se presentó la morena sonriendo-y ella es Trish, su compañera solo sonrió apenas como respuesta.
-Un gusto.
-Así que el maldito se fue-dijo Lady entre suspiro.
-Siempre hace lo mismo-comentó Trish.
-Dile cuando llegue que más le vale prepare lo que nos debe o lo dejamos estéril-dijo Trish.
-C-Claro-asentí tragando fuerte.
Ambas sonrieron hacia mi acción y se fueron alzando la mano como despedida.
El día siguió su rumbo, todo normal hasta que el reloj marcó las 08:00 pm, como era de esperarse Dante entraba ahora con una sonrisa en el rostro y no borracho.
-Buenas noches-saludé contagiándome de su sonrisa.
-Buenas noches nena-saludó, se acercó y depositó un beso en la mejilla cosa que me hizo asombrar y a la vez sentir las mejillas calientes de seguro a producto de un sonrojo.
-Aquí esta lo tuyo, te lo separé hoy temprano-me entregó un sobre, lo iba a tomar pero lo quitó y observó con una ceja alzada-¿Sonaré desubicado si te invito a comer?
¿De tu parte? Para nada.
-Para nada-respondí, asintió apenas y ahora si me lo entregó.
-¿Qué te parece el sábado por la noche?
-El sábado a la noche-dije asintiendo apenas-¿Qué comeremos?
-Sorpresa-respondió mostrando una sonrisa que dejaba a vista sus maravillosos dientes blancos.
-Muy bien, te gusta jugar de misterioso-dije divertida.
-Y mucho.
-Bueno, nos vemos mañana por la mañana jefe-dije aquel apodo con burla a lo que Dante frunció el ceño levemente.
-Ya te he dicho que me llames Dante, me haces sentir viejo diciéndome así.
Alcé el dedo en ademán para hablar pero me detuvo alzando la mano.
-Estas arriesgando tu trabajo nena-advirtió con una sonrisa pícara.
-Nos vemos mañana, Dante-remarqué su nombre y le sonreí por última vez antes de irme-oh por cierto-me asomé nuevamente por la puerta-dos mujeres llamas Lady y Trish dijeron que te iban a dejar esteril.
Suspiró llevando una mano al rsotro.
-¿Te molestaron esas dos mujeres?
-Para nada, todo lo contrario. Me cayeron muy bien-respondí.
-Ya me imagino-se le escapó una risa.
-Bueno, ahora si. Adiós.
Me despedí y fui de allí. El sábado cenaría con Dante ¿A eso se le puede llamar cita? ¿O no?

Hҽყ ɳҽɳα.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora