Capítulo 8

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Toqué el timbre de la casa/mansión de Mateo y a los segundos me abrió el hermano de Mateo ¿Cómo se llamaba? Ah si Luka.

- Hola muñeca ¿Viniste a verme? - Preguntó coqueto.

- Quisieras. ¿Está Mateo? Tengo que hacer un trabajo con él -

- Eh no, pero estoy yo, si quieres lo esperamos juntos - Dijo haciéndome pasar y cierra la puerta.

- Mm... no creo, si no está entonces me voy - Dije volviendo a la puerta, él me agarra de la muñeca y luego me pega a la puerta quedando a centímetro.

- Vamos, te haces la difícil pero ambos sabemos que te mueres por mi - Dice arrogante.

- Uy si, por dentro estoy muerta por tenerte - Dije sarcástica.

- ¿Ves? Ya nos vamos entendiendo- - Responde.

- ¿Si sabes lo que es el sarcasmo no? Idiota -

- Para mi no fue así - Se acercó más a mi rostro con claras ganas de besarme, fruncí los labios y aparté mi rostro.

- Luka -

Salvada.

- Mateo siempre arruinando mis momentos - Responde separándose.

- ¿No que no estaba? - Murmuré rodando los ojos pero suspirando aliviada de que haya sido una mentira.

- Déjala, debemos hacer un trabajo - Dice Mateo, parece molesto.

Pero antes, sin darme tiempo a reaccionar, Luka me agarra de las mejillas y muerde mi cuello para dejar una marca. Solté un quejido y lo empujé cuanto podía aunque solo lo conseguí mover unos centímetros.

- Así estás mejor - Dijo Luka sonriendo con diversión y malicia, yo me toqué el cuello e hice una mueca de molestia.

- Eres un imbécil, de verdad - Dije golpeándo su pecho y empujándolo.

Mateo lo culminaba con la mirada, caminé hasta él y me jala del brazo guiándome escaleras arriba.

Caminamos por los confusos pasillos de su casa, y creo que ya me perdí con tan solo seguir a Mateo. Él me guía hasta una puerta un poco más al fondo y la abre dejándome ver una habitación muy varonil y con ese aroma respectivo a Mateo.

- Bien, comencemos - Dijo sentándose en su cama, yo hice lo mismo y saqué mis cosas, él saca una laptop y la enciende, coloca su contraseña y comenzamos a hacer el trabajo.

Aunque eso sinceramente me sorprendió, creí que lo que menos querría hacer fuera hacer el trabajo, pensé que me lo iba a dejar todo a mi.

***

***

Aguántate, aguántate, aguántate...

Hace una hora me entraron las ganas de ir al baño pero no me atrevo a preguntar dónde está. Yo me estoy aguantando como puedo pero siento que en cualquier momento, estallo.

Debo hacerlo.

Fruncí los labios y apreté un poco las manos con vergüenza.

- Mateo... ¿Dónde está el baño? - Pregunté con un poco de pena.

- Izquierda, tercera puerta a la derecha - Menciona.

Yo asentí, me levanté y salí de su habitación, miro los pasillos y vi una pintura que me atrajo, pareciera que valía más que tres casas como la mía, tenía más cuadros y yo caminaba mientras los observaba pero luego reaccioné.

A ver Lena, concéntrate. Izquierda, tercera puerta a la derecha... ¿o era a la izquierda? ¿En dónde estoy ahora?

Mierda... malditos cuadros, maldita poca capacidad para concentrarme.

Creo que era... esta puerta... supongo, probaré con esa.

Caminé hasta la puerta y la abrí, miré dentro de la habitación y casi salto del susto.

- Muñeca ¿Qué haces aquí? ¿Querías verme? - Pregunta Luka el cual estaba solo en bóxers.

- Y..Yo l..lo s..siento, e..estaba buscando e..el baño... - Hablo como puedo estando muy avergonzada - Me iré ahora - Dije volteándome, pero él me agarra de la muñeca.

- ¿Tan rápido? - Dice en mi odio.

- ¿No te cansarás? - Pregunté irritada y sin mirarlo.

- No muñeca, eres hermosa y todavía no fuiste mía, eso no lo puedo permitir -

- Bueno gracias por el cumplido pero no estoy interesada en ser un plato desechable - Dije molesta por su comentario.

- Tienes razón ¿Para que deshacerme de una chica tan linda teniéndola para mi? Además... creo que eso molestaría a mi hermanito ¿No crees? Sería divertido ver su rostro cuando sepa que estuve contigo... - Sguió y comenzó a besarme el cuello.

- B..Basta - Dije, me di la vuelta y puse mis manos en su pecho e intente empujarlo.

Él se separa y yo quise salirme corriendo pero me jala del brazo e hizo que nos adentremos más en la habitación y cerró la puerta, me acorraló contra esta y se apegó a mi.

- Déjame, Luka. No quiero que me toques - Dije forcejeando.

- Tranquila muñeca... te va a gustar, te lo prometo -

- ¡Te dije que no! -

Levanté mi rodilla para golpearlo pero me esquiva y me agarra la pierna levantándola hasta su cadera y la acaricia, apreté los dientes pero el comenzó a besar mis labios, aparté mi rostro pero él besa mi cuello y luego me carga en su hombro.

- ¡Luka, déjame! - Pataleé y golpeé su espalda, él camina hasta lanzarme a la cama bruscamente. Antes de que pudiera levantarme, él se coloca sobre mi y me sujeta las muñecas.

- ¡Basta, Luka. No quiero! - Exclamé con las lágrimas comenzando a caer de mis ojos.

¡¿Otro infierno más?!

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