Extra

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La respiración de ambos trataba de regularizarse después de tan ardiente sesión de sexo. No era extraño para ellos, estaban saliendo, de nuevo, oficialmente, y técnicamente ninguno era virgen –aunque sí, su primera vez fue entre ellos, pero eso es tema aparte–. No había tabú, no había un hasta el matrimonio, ni ninguna de esas mierdas. Los adolescentes de ahora tenían libertad, sin llegar al libertinaje.

Serían pasadas las 2 de la mañana, y a ninguno le importó en lo absoluto. Los señores Park tenían el sueño pesado para ser gente amante del café, aunque no les culpaban. Trabajar en la cafetería todo el puto día, cada día del maldito mes hasta cumplir el año, por lo que queda de sus vidas, bueno, cansaba a cualquiera. Pero para Jimin y Jungkook eso era una ventaja.

El pelinegro podía escabullirse de casa, aparecer por la ventana y ver al rubio, besarse como si hace horas no lo hubiesen hecho, y dejar la cama y habitación hechas un desastre por coger como conejos. Ninguno de sus suegros se enteraba pues apenas amanecía, Jimin le sacaba a patadas de su cuarto, ya que no quería ser descubierto por lo que la presión podría causarle.

El rubio estaba acomodándose mejor en lo que se podría llamar cama, tratando de conciliar el sueño. Mierda que había olvidado que aún estaban entre semana, si no se dormía al menos las horas restantes, iba a despertar como un puto zombie. Bostezó antes de dormir, acurrucándose en el pecho de Jungkook que le serviría de almohada, ya que por estar cogiendo, estas llegaron a parar al otro extremo del cuarto.

– Jimin – Debió vérselo venir. De seguro era otra de esas charlas incómodas después del sexo. Suspiró con cansancio. Quería DORMIR.

– ¿Qué sucede? – Murmuró con los párpados cerrados. Un seco ¿Qué? Pudo servir para callarlo, pero debía tratar bien a su novio, además de que Jimin casi no hablaba en esos casos. Debía ser algo importante.

– ¿Quién te coge mejor, Kim o yo? – Retira lo dicho.

– ¿Perdón?

– Solo responde – Jimin se tomó su tiempo. ¿Qué mierda?

– Jungkook, son las dos y media de la madrugada.

– No me cambies el tema – El pelinegro estaba comenzando a irritarse. Jimin no quería responder nada porque no sabía realmente qué decir.

– ¿Por qué la pregunta? – Evadió, con otra pregunta. Para variar.

– Dime – Exigió Jeon, comenzando a fastidiarse de la tardanza de la respuesta. El rubio se quedó callado sin contestar – Así que... él es mejor que yo, ¿no? – Genial, lo que faltaba.

– No es eso, Jungkook – Otro bostezo. Había dos posibilidades, que Park se durmiera o que se le espantara el sueño, y para ser honesto, no quería ninguna – Tú y él son diferentes, pero no por eso uno es mejor que el otro. Sé que te acostaste con chicas que de seguro sabían moverse mejor que yo.

– Pero ninguna apretaba tan bien como tú – Que bueno que la oscuridad inundaba la habitación o la cara de semáforo de Jimin hubiese sido vista por su novio.

– Si quieres que te diga que tu pene es más grande, pierdes el tiempo porque los dos lo tienen exactamente igual – Regañó el rubio. Ahora era él quien estaba comenzando a irritarse.

– Pero quien lo usa mejor, ¿él o yo?

– Escucha, no sé por qué sacas el tema de repente cuando lo de Taehyung y yo pasó hace medio año; te recuerdo que él sale con Seokjin, y que yo estoy contigo.

– Eso no contesta mi pregunta.

– Sí que eres hijo de puta si te lo propones.

– Me lo dicen seguido – Jimin no pudo verlo, pero sabía que una sonrisa socarrona estaba en la cara de Jungkook. Suspiró, cansado, por sueño y la plática. Se movió lo que pudo hasta llegar a los labios ajenos, y darle un beso.

– La diferencia es que tú me gustas, idiota, y por eso causas más sensaciones en mí – Le explicó el rubio, con sus labios aun cerca, rosándose, sintiéndose, amándose.

– ¿Y lo del pene? – En serio que Jungkook no se cansaba.

– Vete al carajo – Park dejó todo romanticismo para acomodarse mejor para dormir. Se quitó del pecho del pelinegro y se giró, dándole la espalda.

Bebeeeee – Lloriqueó infantilmente el otro mientras le intentaba abrazar por la cintura hasta que lo logró, quedando de cucharita. Al menos ahora podían dormir – ¿Entonces? – Una petición en susurro.

Jungkook no iba a detenerse hasta escuchar una respuesta, y Jimin lo sabía, estaba cansado, y ahora también molesto. Si su novio quería una maldita respuesta, pues se la daría, con toda honestidad.

– La puta diferencia entre Taehyung y tú, es que él se quedaba callado y me dejaba dormir después del sexo.

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Oficialmente se acabo Fuck, gracias por seguir la historia oqjroqnfñqq

Fuck  [V M I N K O O K]Where stories live. Discover now