Capítulo XIV

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Tu cuerpo

-Lo siento- dice de repente. Ella se impresiona. -Debí estar contigo, para evitarte ésto, pero no volverá a pasar...

Ella se sonrojo, asintió completamente descolocada, él no era de andarse disculpando, mucho menos con ella. Supo todo estaría bien, entonces lo abrazó.

Sentía protección entre los brazos de su guardia, más allá del que se siente cuando alguien debe cuidar de ti por obligación, con él, todo perdía sentido, con él todo iría bien, no había nada que le pudiera dañar, era un calor delicioso el que le recorría el pecho al tan sólo tenerlo cerca, no podía negar, sin él, estaría perdida. Taisho la tranquilizó lo mejor que pudo, cuando escuchó a sus amigos más cerca se quitó la chaqueta para cubrirla. Sobretodo de Miroku. El sujeto era un idiota, bueno, quizás no se aprovecharía de ella viéndola así, nada quitaba prevenir.

Al arribar, el escenario resultaba perturbador para los recién llegados, el monje fue el primero en revisar el cadáver del dragón, le resultaba impactante, una bestia como ésa hecha estallar en mil pedazos, entendía el estado de Higurashi, Sango se encargó de revisar a Rin. Decidieron salir.
Si el Consejo encontraba éso y a ellos allí, sería difícil de explicar. Koga se encontraba en la posada que escogieron, no pudo evitar ir tras ellos al notar el estado de su querida princesa.

Kagome termina de limpiar su cuerpo, su mundo ahora estaba desordenado, se sentía maniatado, todo era un caos, suspiró para salir de la ducha, cambiarse y dejar espacio para otro. Después de asearse durmieron allí y partieron en la mañana, en total silencio. Nadie le preguntó a la princesa o a la pequeña Rin lo ocurrido. Para el monje y el guardia real algo era seguro, Norte tenía ahora en su poder tres auras elementales, ir a cualquier reuní ahora era peligroso, no sabían dónde atacarian ahora, entonces... Era mejor un ataque inesperado en su territorio.

La mente de Kagome parecía ausente, cosa que preocupaba a Koga, pero prefirió quedarse a su lado sin preguntar. Rin también estaba extraña, más callada de costumbre. Algo andaba muy mal. 
La noche les atrapó cuando se encontraban en medio del bosque. Debían acampar.

Sesshomaru escuchó el sonido de ramas quebrarse, abrió un ojo, estrujo el mango de su espada, si era un monstruo no dudaría en partirlo, si era un intruso haría lo mismo, vio la silueta de alguien alejarse, entonces era una persona, lentamente se ...

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Sesshomaru escuchó el sonido de ramas quebrarse, abrió un ojo, estrujo el mango de su espada, si era un monstruo no dudaría en partirlo, si era un intruso haría lo mismo, vio la silueta de alguien alejarse, entonces era una persona, lentamente se puso en pie, caminó lo más sigiloso que pudo sin perder de vista aquella extraña silueta. Caminaron un buen tramo antes de detenerse, él se escondió tras varios arbustos, deseaba primero descubrir algo antes de bolarle la cabeza, la persona pareció simplemente caer al suelo, entonces un quejido y... arcadas de algo salir de su boca. Abrió los ojos desconcertado.

Taisho salió de tras los arbustos para verificar no fuera alguna persona en peligro, tal fue su sorpresa, era la princesa, empapada en sangre. Ella le mira confundida y avergonzada. Tapó su boca pero las manos le chorrean el líquido rojo.

Cinco Reinos (Sesshome, Terminada)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant