Capítulo XVIII

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"El hombre que se puede conducir a sí mismo una vez que el esfuerzo es doloroso, es el hombre que ganará"
Roger Bannister.

-Él ya no está...- su mirada se posa en los labios morados y agrietados con heridas de la muchacha, antes eran tan rosados y bonitos, ella estaba cambiando y le molestaba -Pero yo sí- aclara antes de estampar sus labios con los de ella.

No fue un beso hermoso, no como la otra vez, esta vez era amargo, desabrido. Se apartó. Higurashi se abrazó a sí misma, se atrevió a besarla cuando sabia estaba rota en miles de pedazos por lo ocurrido. Le observa con furia. Le cacheteo antes de salir corriendo afuera. Ya en la estancia se topó con sus amigos quienes acababan de despertar. Abrazó a su amiga y lloró de nuevo. Taisho golpeó la puerta del armario frustrado, se volteó para tener la espalda contra la madera, ya sabía lo que en su interior pasaba, estaba enamorado de su princesa. Alguien que jamás sería suya, una quimera destrozada, descuartizada por la vida. Aún recordaba el día en que sus sentimientos se confundieron con el odio. Cuando ella escapó para ir al río donde conoció al sujeto, en ése entonces sin rostro, que le juró amor eterno, era el aniversario de su partida y ella quería recordarlo en ése lugar. La pilló allí y se burló de ella, de sus esperanzas, porque él mismo carecía de un incentivo en su vacía existencia y ella poco a poco se la estaba dando, le regalaba sus anhelos y sueños, le obsequió incontables cuentos y anécdotas, bellas miradas y sonrisas. Ella hacía latir su corazón.

"-Sesshomaru- dijo la princesa arrancando un bello narciso silvestre -¿No crees que es hermosa?- le preguntó sonriendo, había tanta ingenuidad, tanta alegría, tanta inocencia. No pudo menos que desviar la mirada en silencio, sus emociones siempre se agitaban cuando ella le miraba así. Pero la muchacha caminó hasta él para colocar la flor tras su oreja, como lo hacen las mujeres enamoradas, enfureció pero ella sonrió de nuevo con dulzura -Tus ojos se ven más hermosos...- y con esa frase ella lo terminó de sepultar, sin él saberlo y ella sin sospecharlo, en un hueco, uno lleno de miedos y amor, porque sin entenderlo, ambos se enamoraban uno del otro.

-No diga tonterías princesa, le agradecería que termine sus asuntos y regresemos al castillo- se quitó la flor para lanzarla al pasto.

Kagome sonrió pesado. Le narró por quincuagésima vez su devoción al chico de su niñez, Taisho comenzó a lanzar sus palabras endurecidas contra el amor y sus estupideces, se burló de ella llamándola una ingenua romántica y cuando estaba por terminar de aplastar sus sueños fueron atacados, varios wendigos.

Ahora entendía el por qué la desgracia perseguía a su princesa, las bestias sentían lo que fuera que ella posee en su interior, buscan devorar su poder

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Ahora entendía el por qué la desgracia perseguía a su princesa, las bestias sentían lo que fuera que ella posee en su interior, buscan devorar su poder. Fue por éso que esos cinco wendigos con sus cuerpos raquíticos y su olor a mortandad y muerte se acercaron, Kagome se asustó, Sesshomaru le protegió, corrieron en dirección al castillo pero aparecieron más y más, de repente eran quince y seguían llegando, hasta que se vieron rodeados, mientras el joven guerrero trataba de evitar una desgracia, una de las bestias tomó a la chica, mordió su antebrazo, el que ella interpuso entre su cuello y la boca del monstruo. Comenzó a succionar la sangre de la princesa mientras su escolta trataba de quitarse de encima a los demás, ella gritó, fue cuando Inu no Taisho apareció. Mientras Sesshomaru se abría paso entre los casi treinta monstruos que le rodeaban, su padre, rescataba a la princesa, fue cuando él se descuidó, cuando Kagome le advirtió de el wendigo tras él, cuando se giró para partirle con su espada encantada por su difunta esposa... otra criatura se abalanzó sobre él desde un árbol para morder su cuello y arrancarle la parte del triángulo posterior, la segunda mordida fue en el triángulo carotídeo. Fue todo. La sangre salpicó el pálido rostro de la muchacha, Sesshomaru presencio todo. Fueron salvados por varios soldados que, llegaron demasiado tarde, Inu no Taisho murió, y la rabia de su hijo nació"

Cinco Reinos (Sesshome, Terminada)Where stories live. Discover now