Just Hold Me Tight

Capitulo 1.

Evan Hansen era la definición de lo que un omega débil se refería. Ansioso, emocional y mentalmente inestable, lleno de miedos e inseguridades. Bueno, que ni siquiera físicamente podría considerarse a sí mismo como un omega al cual desear, y por el cual velar. Era una situación triste, pero era su situación y nada había que hacer para cambiarla.

La biología decía que los seres humanos buscaban a alguien con quien asegurar una buena perpetuidad de su especie, y en definitiva Evan no podía encajar con dicha descripción. Se odiaba a sí mismo tanto por este motivo.

Zoe Murphy era una alfa hermosa. Deslumbrante y perfecta en todos los sentidos, la quería tanto que todo su corazón dolía y sus instintos afloraban sin piedad causándole gran vergüenza en el proceso. Evan quería unirse a ella, quería que fuera ella quien lo marcara y reclamara. Que ella fuera su alfa y él, a su vez, ser su omega. Quizá tener hijos, quizá no por los medicamentos un tanto fuertes que Evan debía tomar. Sin embargo, el rubio sentía en lo profundo de su corazón lastimado por la vida que, si tan solo el milagro le fuera concedido; todo podría llegar a estar lo suficientemente bien como para no tener que tomar sus medicinas. Y entonces, podrían vivir haciéndose felices, porque el único motivo que Evan tendría seria hacer feliz a Zoe Murphy, cuidarla y protegerla hasta que su último aliento de vida fuera suspirado.

Pero todo eso no era más que una triste invención de su cabeza, Evan no se merecía a alguien tan irreal y fuera de este mundo como la joven alfa. Ella ya tenia a alguien que lo superaba en todos los sentidos, y que podía hacerla más feliz de lo que él jamás se imaginaria en lograr.

Bastaba con observar todas las miradas dulces que le daba a su compañera omega, Alana. La manera en que acariciaba el cabello de la contraria, como se hundía en su cuello cada vez que la abrazaba y respirara hondamente como si hubiera estado aguantando la respiración hasta el preciso momento en que pudiera deleitarse con la esencia de la morena. Como la cuidaba y gruñía casi imperceptiblemente cada que alguno de los neandertales de la escuela chocaba contra ella en la cafetería, o cuando la gente se burlaba de su total compromiso con los estudios. O el tono dulzón que tomaba su original olor a almendras cada que simplemente la veía caminar a lo lejos.

Evan preferiría no estar consciente de todas estas cosas, ignorarlas o simplemente no percatarse de ellas. Pero justamente era él quien más al tanto se encontraba de Zoe, tanto estaba así que estaba seguro de que conocía manías y hábitos de los que ni la Murphy se había percatado. Evan probablemente sabía muchísimo más de lo que ella misma podía siquiera imaginarse sobre cuanto amaba a Alana.

Y dolía como un disparo al corazón.

— ¿Es raro ser la primera persona en romperse el brazo por masturbarse demasiado, o lo consideras un honor? — preguntó Jared, el beta tan imprudente como sólo él podía ser; haciéndolo atragantarse con su propia saliva y enrojecer hasta sentir su piel irradiar calor — Describemelo detalladamente. Tú sólo en tu habitación. Luces apagadas. Un poco de jazz de fondo y el instagram Zoe abierto en tu celular.

— N-no, yo no hari- — tartamudeó el omega, para después suspirar a manera de rendición sabiendo que su amigo nunca aprendería a tratar a las demás personas — ¿Podrías no decir cosas extrañas cuando su omega acaba de irse? Podría malinterpretar la situación — pidió Evan, aludiendo a Alana; quien acababa de irse después de una extraña conversación sobre su fallecida abuela y una negación indirecta a firmar su yeso.

— ¿Malinterpretar qué, Michael? No hay lugar para malos entendidos. Zoe Murphy es la protagonista de todos tus asquerosos y frikis sueños húmedos.

— No me llames Michael — se quejó Evan, arrugando la nariz en signo de desaprobación — ¿No quieres saber lo que realmente pasó?

— No realmente — respondió el beta, aparentemente distraído de sus anteriores burlas. Evan rueda los ojos y lo ignora.