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Mark se encontraba acechando al de cabellos naranjas mientras se escondía detrás de Johnny, quien miraba hacia todas partes confundido. Estaba ahí, a tan solo unos centímetros de su mano la pequeña bolsa de dulces que esperaba por ser arrebatada, solo debía ser rápido.

—¿Qué haces?

—Quédate quieto o me va a ver.

En un descuido del menor, Mark se lanzó hacia donde este se encontraba para quitarle la bolsa de golosinas, pero Donghyuck fue más rápido. Como si fuera poco, un almohadón fue a parar directo a su cara.

—Buen intento—dijo burlón mientras degustaba una paletita.

Mark puso los ojos en blanco—Dame un caramelo.

—No—el moreno le sacó la lengua para seguidamente retirarse de la habitación.

Johnny, quien había estado pendiente de aquella situación se sentó junto a Mark cruzando sus brazos y piernas.

—¿Qué acaba de pasar?

—Haechan no me quiere compartir sus caramelos.

—¿Por eso te tiraste encima suyo?—Lee asintió—Esas cosas no funcionan con Donghyuck.

—¿Y qué pretendes que haga?

John Seo dirigió su vista al techo unos segundos, tomándose su tiempo para responder—Intenta sobornarlo.

—No lo sé, Haechan realmente no es fácil de sobornar...

Mark pensó bien en todas las cosas que eran del agrado del menor, desde videojuegos hasta instrumentos musicales. Y como si un foquito se iluminara sobre su cabeza, una idea vino a su mente. Algo simplemente... perfecto.

Esos caramelos serían suyos.

Sweet boy ||MarkHyuck||Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum