La Caza vampiros: un alpha y un brujo *completada*

Capítulo 2

Pov. Aitana

Acabo de salir de la universidad, la verdad menos mal que por fin se acaba, que quede claro prefiero la universidad al instituto, pero aún así es un aburrimiento. Además cuando acabe la universidad, mi madre me dará permiso para tener un año sabático, cosa que aprovecharé para vosotros ya sabéis qué, para matar vampiros, y espero que entre ellos esté Damián, Dios como lo odio, pero tengo que ser paciente, y esperar el momento justo.

En fin, como ya he dicho acabo de salir de la universidad, por supuesto con Sofia, es bueno tener una amiga en todas tus clases, la verdad estoy tan metida en mis propios pensamientos que no me entero cuando llega Paula.

-Hola, ¿Cómo estáis?

-Bien Paula, gracias por preguntar - es en ese momento que salgo de mi ensoñación y presto atención a mis amigas, ellas como siempre que me pasa esto están mirándome con cara pícara.

-¿Y bien en qué pensabas ahora Aitana? - me pregunta Paula.

-En haber cuándo se acaba la universidad - respondo como si nada.

-Ya sabes como es, siempre está en las nubes, y aunque no lo diga, seguro es por un chico - comenta Sofia.

-¡No es cierto! - exclamo enfadada, aunque en realidad sí es cierto, pero no del modo que ellas piensan.

-Ya, ya - dice Paula.

-¿Y tú qué? - le pregunto a Paula, esta alza una ceja como muestra de no entender - ¿cuándo vas a tener pareja?

-¿En serio? - sigue con la ceja levantada - ya bastante tengo con aguantar a mis padres con ese tema, así que por favor, no empieces tú también.

-Tú no saques el tema conmigo y yo no saco el tema contigo - le digo con una sonrisa de malicia mal disimulada.

-Como sea - dice fastidiada rodando los ojos.

-Yo no prometo nada - dice Sofia.

-Entonces dinos ¿cuándo vas a tener pareja?

-Bien sabes que no me siento atraída por nadie.

-Yo tampoco, y aún así no paráis de insistir en que pienso en algún chico - le digo con cara de pocos amigos.

-¿Qué quieres que pensemos si siempre estás en las nubes? - me pregunta Paula.

-Mirad chicas - suspiro - os adoro y después de la universidad nos seguiremos viendo, pero cuando acabe la universidad me tomaré un año sabático, y en ese año quiero hacer una cosa por la cual he esperado casi cuatro años.

-¿Y qué es? - pregunta Sofia.

-Es complicado, tal vez después de que lo haga os lo pueda decir, hasta entonces por favor dejad de decir que hay algún chico - les digo triste, ya que a mi mente vienen los recuerdos de Sebastian, cómo era conmigo y cómo murió.

-Eh, no te pongas así, tú nunca nos dijiste nada, ya no sacaremos el tema, ¿verdad Paula? - Paula asiente.

-Eh, relaja, vamos a por unos helados.

Asiento, y entre risas vamos a por nuestros helados. Por eso adoro a mis amigas, son casi opuestas, y esa unión de opuestos es lo que me alegra todos los días, Sofia es muy dulce y tiene mucho tacto, mientras que Paula es un torbellino como yo. No sé que haría sin ellas en mi vida.

Después de los helados, cada una se fue a su casa a dejar las cosas de la universidad, pero antes de irnos quedamos en vernos a las diez, seguro me llevan de fiesta, al fin y al cabo es viernes y a mis amigas les gusta ir de fiesta, a mí no me va pero bueno, pero que quede claro, vamos a bailar no a emborracharnos, a ninguna de las tres nos gusta las bebidas alcohólicas. Siempre hacemos lo mismo, Sofia y Paula bailan sin acercarse a ningún chico, solo ellas, y yo intento que no me estallen los oídos con la música, claro, mientras vigilo que nadie intente nada con ellas, ya se sabe que hay mucho pervertido suelto. Aún me acuerdo de una vez que tuve que quitarme a un pervertido, y otros dos a mis amigas.