Capitulo 20- P1

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Las cosas se estaban poniendo peor. No podían ni hablar con la otra sin pelear. Con esta, ya iban dos veces que Valentina le decía a Juliana que se mudara. Tal vez debería hacerlo. Tenían que trabajar juntas y aunque ambas eran expertas en concentrarse perfecto en el trabajo cuando el director gritaba acción, ellas no necesitaban que que todo el equipo se diera cuenta que había tesón entre las dos.

Juliana se dio vuelta en la cama y se quedo viendo su equipaje, que aun no había sido desempacado. Se despertó sintiéndose mejor, pero encontrar otro lugar para vivir la estresaba. Se arrepentía de prácticamente todo lo que había dicho la noche anterior. Pero claro, eso exactamente no era nuevo territorio para ella. Estar herida por algo y comunicarse sobre eso siendo una total y completa imbécil al respecto era otra cosa.

De reojo, ella vio una notificación en su teléfono. Ella inmediatamente e idiotamente, espero que fuera un mensaje de Valentina. No que pudiera pensar en una buena razón por la que Valentina le mandara un mensaje, aparte del lárgate de mi casa de huéspedes que se esperaba que podría recibir.

Su corazón se estremeció pero no d una buena manera. El mensaje era de Nata. Era una foto de la vista de Nueva York con las palabras desearía que estuvieras aqui. Le hubiera encantado el mensaje en otros tiempos. Pero hoy, no podía quitarse la sensación de que había tirado algo importante por la borda. Se levanto y empezó a quitarse la pijama para ir a tomar una ducha.



Con su cabello húmedo recogido descuidadamente sobre su cabeza y su orgullo debidamente guardado en su bolsillo, Juliana se dirigió a la casa principal, lista para disculparse por sus descuidadas palabras.Preparada para hacer y decir lo que fuera necesario para enmendarlo. Honestamente. Con total honestidad, se seguía repitiendo en su cabeza. Cuando abrió la puerta deslizable, quedo en shock cuando encontré a una total extraña en la cocina de Valentina.

La mujer se secó las manos con una toalla y se apresuro para llegar donde estaba Juliana.

"Aquí estas," dijo ella mientras abrió sus brazos y abrazo a Juliana. "¿Cómo estas linda? Escuche que tenias un resfriado."

"Um... mucho mejor hoy," Juliana respondió tentativamente. "Solo un poquito débil aun. Um.. disculpe, pero..."

"¡Oh! Estaba tan emocionada de conocerte que se me olvidaron completamente mis modales. Soy Lucía. Lucia Carvajal. y te he visto en toda tu carrera."

La madre de Valentina era una de esas raras, criaturas que no envejecían

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La madre de Valentina era una de esas raras, criaturas que no envejecían. Podría tener casi cuarenta o cuarenta y tantos o al final de sus treintas, no te podrías dar cuenta. Y su secreto no era la cirugía, aunque en su circulo social debía de ser algo común. Tenia más que ver con la forma de ser, su porte—como una mujer que sabia su posición. Como una mujer que estaba en completo control. Y su atuendo era completamente perfecto.

The Script//JULIANTINA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora