Capítulo XXII: «Casa»

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Por la mañana desperté por el ruido de mi teléfono móvil, sentía como un taladro en mi cabeza cada que replicaba su sonido desde la mesa de noche junto a mi. Con dificultad abrí los ojos encontrándome con Sofía a la orilla de la cama  cambiando los canales del televisor uno tras otro.

-No encontrarás nada que no sea en Italiano.

Hizo una ligera mueca y me miró con una sonrisa.

-Buenas tardes.

-Buenas tardes- me tomé el tiempo para sonreírle antes de girarme a contestar los mensajes que no dejaban de sonar.

“¿Llegaron bien?”

“Los espero por la tarde”

“Espero estén descansados”

“ Antes de las 4 por favor”.

Clary había enviado ello casi palabra por palabra. Tal vez porque sospechaba que seguía durmiendo. Faltaba una hora para las tres de la tarde, no me podía creer lo tanto que había dormido.

-¿Quieres caminar?

-Me gustaría.

Le pedí que esperara a que tomara una ducha, ella ya estaba lista me asombraba que estuviera tan fresca después de dormir tan tarde. Durante la comida no hablamos mucho, le conté un par de datos que conocía de los sitios, ya le había prometido recorrer más de la mitad de Roma y apenas era nuestro primer día. Tras la comida durante el camino al teatro, sujetó mi mano, me era imposible sentir nervios por lo menos así fue hasta que estuvimos en la entrada.

-¿Estás nervioso?

-Te mentiría si dijera que no.

Atrapo mis manos ansiosas para tranquilizarme. Había recibido un mensaje de Clary que la esperara a la entrada. Quería apartar una cita antes de iniciar oficialmente los castings para que no se perdiera el tiempo si yo era el indicado y eso me hacía sentir más nervios.

Un hombre nos hizo pasar por la puerta hasta tras bastidores donde Clary pego un brinco hasta mis brazos.

-Lei è la musa? è molto bella¹-hablo tan rápido que me pareció divertido,alzó ambas manos de Sofía y la hizo dar una vuelta lenta.

-Ella es Clary- le dije a Sofía que la veía confusa.

-Un gusto.

-He escuchado tanto de ti que créeme que siento que te conozco de toda la vita.

Recibí una mirada fugaz de Sofía como queriendo reprochar pero la energía de Clary era complicada de seguir y más aún estando emocionada, sin darnos tiempo siguió hablando y tomándome por los hombros.

-Ve a prepararte, estaremos desde las butacas viéndote. Eres bueno, lo sabes y demuéstralo.

Me dio ánimos y ambas salieron de mi vista. Hice mis ejercicios para el nerviosismo y articular bien.  

Salí a escena donde un hombre poco más viejo que mi antiguo director estaba en su sitio junto a otros dos chicos, Sofía y Clary aguardaban a un par de lugares atrás, pude verla sonriente tal vez también estaba nerviosa por mi. No importaba que tan seguro estaba, mi estomago aun se hacía un nudo, pero al salir a escena ese nudo se soltaba mas rapido que uno de zapatos, comencé a sentirlo en mi terreno y a hacer el nerviosismo mi mejor arma.

Me presenté con un simple Ciao  y mi nombre como solía hacerlo, el hombre hizo un gesto con la mano que continuará. Recite la parte de la obra que Clary me había enviado, la sabia interpretar como casi mía, el hombre me veía atento sin poner más atención que a mí, al terminar no tenía expresión.

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