14 "Editado"

2.5K 248 53
                                    

Emma

¡La madre que lo parió! ¿Enserio es capaz de decirme todo eso tan tranquilo cuando yo he estado a punto de subirme por las paredes? ¿Pero será gilipollas, arrogante y capullo? Dios, que vergüenza me acaba de hacer pasar, y me jode que diga cosas dándolas por echo y aún encima que tenga razón. Por que sí, nuestra conversación me estaba poniendo tontorrona, y ver que él también estaba cachondo, no ayuda mucho a que pueda evitar que mi mente calenturienta se ponga a imaginar cosas subidas de tono. Pero tengo que darme una medalla por no haber caído en la tentación, de haberle rechazado y de tener la fuerza de voluntad de escurrirme entre sus brazos cuando me tenía acorralada entre su cuerpo caliente y la puerta cerrada de su despacho. Vale, me tenían que haber dado un jodido premio por haberme ido, porque cuando sentía su entrepierna pegada a la mía he estado a punto de mandarlo todo a la mierda y dejar que hiciera conmigo todo lo que mi cuerpo deseaba. Pero menos mal que no, menos mal que me he portado bien.

Alberto es un cretino y el muy cabrón sabe como sacarme de mis casillas. Solo ha echo falta entrar en su despacho y una oleada de recuerdos y de nostalgia me ha inundado el cuerpo para darme una ostia de realidad para agrandar aún más mi enfado. Y verle ahí, de nuevo siendo el señor Capullo conmigo, me ha creado una vorágine de sensaciones que no sé como no he dejado de respirar en cuanto he entrado por la puerta.

¿Y por qué estaba enfadada desde el momento en que atravesó el aula de Ballet? Pues realmente no lo sé. Supongo que es porque no me lo dijo, porque yo no tenía ni idea de esta nueva decisión en su vida, sintiéndome fuera de ella cuando podría haber cambiado las cosas si me lo hubiera dicho esa tarde-noche en la que me besó para cerrarme la boca y que dejara de insultarle. Me dijo "Ven conmigo", me pidió que me quedara con él, y tuve que decir que no porque creía que se iría de nuevo a Barcelona y sabía perfectamente que pasar tiempo con él a solas nos llevaría a hacer algo que luego los dos nos arrepentiríamos. Y no, no quería ni Bruno se lo merecía.

Pero ha vuelto, ha regresado para quedarse y para volver a impartir clases en la academia en la que yo también estudio. ¿Y por qué lo ha hecho? Eso es lo que quiero saber, si es por mí, si es porque quería volver a su ciudad porque sabía que en Barcelona ya no hacía nada o porque si realmente se está alejando de su exnovia que le agobiaba. No lo sé, pero ya me ha quedado claro que no le sacaré esa información y que no tengo que quedarme a solas con él porque la conversación se nos puede ir de las manos.

***

—¿Y qué hiciste ayer? —me pregunta Bruno a través del auricular del teléfono.

—Pues lo de siempre. Por la mañana tuve clases de Ballet, después Musica y por la tarde otras tantas. Es el primer día y ya sé que las clases van a ser más duras que el año anterior. —le contesto omitiendo el encuentro con Alberto. Sé que no está bien que se lo oculte, pero solo pensar en ese momento y mi corazón se acelera.

—¿Y hay alguna novedad?

—No. Bueno, los de primero pero no conozco a nadie. —digo rápidamente mientras voy guardando la toalla y la botella de agua en mi macuto antes de irme a desayunar. Vuelvo a omitir que tenemos un nuevo profesor.

—¿Estás segura? —y me da la sensación de que él sabe algo, pero por si acaso sigo con mi mentira.

—Sí.

—¿Y tú nuevo profesor de Ballet no es Alberto? —su pregunta me deja muda y sin saber que contestar.

—Ah si, pero es una cosa sin importancia. —y por acto reflejo me llevo la uña del dedo gordo a mi boca para empezar a mordisquearla.

—Claro, que el exnovio de mi novia vuelva a ser su profesor de Ballet en una academia en donde pasáis muchas horas juntos es una cosa sin importancia. —dice con sarcasmo.

Ven Conmigo (2º Trilogía Conmigo) COMPLETAWhere stories live. Discover now