Juegos de Devenir: Parte 1

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En el esoterismo no hay muchas reglas en cuanto se trata de armar un discurso.

Básicamente somos libres de interpretar lo espiritual fuera de la institución religiosa como queramos. Si vamos al caso el punto de trascendencia en el mundo terrenal consiste en la realización de que somos creaciones de un poder trascendente y omnisciente.

Por lo tanto todos los seres poseen parte de ese poder, está dentro nuestro. Es lo que hacemos con ese poder lo que nos identifica y es responsabilidad nuestra crear el bien.

Es la manera en que nos relacionamos con los demás sujetos es el origen de lo que nosotros conocemos como ética.

Ir más allá del bien y el mal es superarnos como individuos mediante el conocimiento arcano que reside en nuestro interior. Es llegar al punto de que justificar nuestros actos ya no es necesario porque sabemos que el acto en sí mismo es una necesidad trascendente. Es crear.

La moral que define qué es el bien y el mal es el fin político con el que se usan las creaciones, por lo general provienen de instituciones que buscan control sobre los hechos trascendentes. El crear está más allá de cualquier fin, es el medio para llegar a superarse.

¿Acaso no hay una manera de descifrar los códigos arcanos de nuestra realidad?

Dada la arbitrariedad del signo cualquier interpretación de la realidad se mantiene subjetiva, pero respecto a los enigmáticos símbolos de nuestra existencia, aquellos grabados en lo más profundo de nuestra interacción social, sólo se puede saber una cosa: son el resultado de las conexiones arcaicas entre el mundo etéreo del alma y las ficciones del mundo material. Esto sólo abre a más preguntas, igualmente retóricas, tales como: ¿Hay un origen trascendental en las interacciones entre sujetos? ¿Es el lenguaje resultado de los procesos evolutivos de nuestra sociedad o, siendo más que eso, una inclinación intrínseca grabada en lo más profundo de la existencia misma?

¿O solamente interpretarlos de nuestra propia experiencia, re interpretarlos y jugar con ellos como si fuera la vida misma?

La inclinación lúdica de la experiencia es el resultado de la simplificación de los mismos signos, el arte no sólo como una extensión del alma sino también como una manera más de demostrar lo aferrados que estamos al deseo de la infancia. Asumir que nosotros jugamos en las realidades que construimos implica también que hay entidades trascendentales en la realidad misma que juegan como arte de la naturaleza.

¿Serán los memes lo suficientemente fuertes como para que dejemos que jueguen con nosotros?

La publicidad post-moderna se extiende entre los sujetos promoviéndose a sí misma, más allá de eso, la existencia de la idea misma de meme implica cualidades similares a los virus, dependiendo de sus huéspedes y transmitiéndose en los medios como seres inclinados a las inevitables mutaciones de la forma. Poseen naturaleza propia y están sometidos a la selección que le dan los huéspedes mismos, haciéndolos cada vez más fuertes en su propio juego de transmisión.

¿Qué dispone la realidad para llevarlo a uno a un patio de juegos de devenir?

El sentimiento de sorpresa, la emoción de la alegría, el éxtasis intelectual: son herramientas que nos provee la naturaleza para poder explorarla. Como resultado nos inclinamos a explotar cualquier recurso al alcance de nuestra razón para poder reconstruir los cimientos de la civilización infundada de lo transcendental. Y someter a los fundamentos de la civilización al proceso de construcción y de de-construcción. Buscar lo eterno e inmortalizar nuestro devenir para poder antropomorfizar lo celestial. Vernos reflejados en aquellas cuestiones imposibles de responder.

Juegos de devenir: Parte 1: La metafísica del lenguaje.Where stories live. Discover now