Capítulo 25:

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MARCO:

Todo sucedió a cámara lenta.

El chico de la recepción abrió los ojos como platos en cuanto nos vio llegar —era joven, por su apariencia diría que acababa de empezar a trabajar allí o estaba haciendo las prácticas—, y enseguida llamó a algunos enfermeros y enfermeras para que atendieran a Sean. Uno de ellos me vio y me obligó a seguirle para ayudarme a mí también por lo que tuve que dejar a Cole y a Karl solos. Este último había salido corriendo tras la camilla que le prepararon a su novio, pero le habían cerrado las puertas del quirófano, si no operaban ya, Sean podría morir. Ahora mismo estaba jugando con la muerte y no podían permitirse ni un retraso. No pude enterarme mucho más porque tuve que seguir a un enfermero que me llevaba a otra sala para atenderme. Iba andando todo lo rápido que mi pierna podía ayudarme, pero aun así no era suficiente para ponerme a la altura de mi acompañante. Este se giró y enseguida me ayudó dejando que me apoyara en él y facilitándome así la tarea de cojear.

Habíamos escapado vivos de allí, pero casi no vivimos para contarlo. No esperaba que la banda del ruso se entrometiera en mis planes después de su muerte en el Evil, pensé que me había deshecho de ellos, pero no fue así. Ahora había que pensar en cómo deshacerse de ellos también porque, estaba convencido de que Karl y yo, no habíamos logrado matar ni siquiera a la mitad de ellos.

El chico abrió unas puertas y me ayudó a subirme en una camilla con el asiento retrepado hacia delante. Se marchó cuando se aseguró que estaba bien colocado y se puso a rebuscar entre un montón de cosas. En menos de lo que esperé estaba cerca de mí de nuevo. Me quité la chaqueta y segundos después la colocó en un lugar alejado para permitirme trabajar con comodidad y sin distracciones, no dije nada el respecto.

Según me contó era nuevo en esto y se disculpó conmigo de antemano por si me dolía demasiado. Sonreí ante ese comentario y le permití comenzar, enseguida noté como una gran hendedura aparecía en mi pantalón, sobre donde se encontraba la herida. Al chico pareció sorprenderle que mirase el lugar dañado porque durante unos segundos me miró bastante confuso, pero después recordó el por qué estaba aquí y continuó con su trabajo.

—No queda anestesia en esta área, si esperamos demasiado puede que la bala afecte a varios tejidos y tengas algunas dificultades al andar pero, si no esperas va a doler demasiado... —explicó después de preguntarme si quería anestesia o podía sin ella.

No me lo pensé dos veces y decidí que tendría que aguantarme y contener el dolor para terminar con esto cuando antes. Entonces el chico me miró como si estuviera loco, asintió y continuó con su trabajo. Se retiró hacia la mesa situada justo en el centro de la sala y volvió con unas pinzas pequeñas en poco tiempo. Abrió un poco más el agujero que le había hecho a mi pantalón y acercó las pinzas poco a poco tras activar un foco de luz situado justo encima de nosotros para que pudiera trabajar con más facilidad. Las manos no le temblaban en absoluto y podía notar una gran concentración por su parte, hasta que un sonido le interrumpió. Mi móvil comenzó a sonar desde uno de los bolsillos de mi chaqueta y él se detuvo para mirarle. Decidió seguir a lo suyo y prestarle atención al artefacto, pero esta vez fui yo quien le interrumpió. Sabía quién me estaba llamando.

—Tengo que coger esa llamada por favor —le expliqué interrumpiendo con la mano las pinzas—. Deme el móvil, pasar de él no es una opción —le dije cuando vi que empezó a dudar—. No seguirá hasta que no tenga mi móvil —finalicé. El resopló agobiado y corrió con mucha rapidez hacia la chaqueta, su labor era ayudarme lo mejor posible—. Bolsillo interior derecho. —Él asintió y regresó con el móvil—. Siga, me gustaría marcharme de aquí cuanto antes. Me están esperando —le dije antes de ver su nombre en la pantalla y contestar.

MARCO© ✔ [#TII] #PGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora