El principe NO ideal. [1# Arco Del Libro]

[PNI] Capítulo 28: Le rogamos.

Le rogamos.

Al llegar faltaba poco menos de dos horas para qué ella tuviera que prepararse y partir a clases de nuevo. Sus pies dolían lo suficiente como para reeemplantearse la idea de caminar o sostenerse tan sólo, pero negada a faltar, actuó cómo si no pasará nada mientras secaba el cabello del niño después de haber lavado y secado el suyo propio.

Estaba más callado qué de costumbre instalando un silencio en el ambiente, mantenía cierta distancia de ella y apenas dejaba que lo tocará, era como empezar de cero nuevamente. Tocó con delicadeza las hebras de su cabello secandolo minuciosamente.

—¿Tú me entregarias si ellos te lo piden?

Escuchó su susurró a la perfección. Su postura ocasionaba que se pudieran mirar a los ojos directamente, de nuevo, su preciosa mirada se notaba sin brillo o esperanza.

—Nunca.

Dijó ella con total y plena seguridad. Jamás se atrevería a condenarlo, esa idea no había pasado en su mente ni una sola vez desde que tuvó la oportunidad de protegerlo.

—Yo te quiero.

Apoyó su frente contra la de él. Lo había tenido poco más de una semana, aún así, era consciente que tenían una conexión única, donde lo cuidó, protegió y brindó cariño con todo lo que pudó. Dió su sentimientos de forma sincera sin esperar nada.

En sus preciosos ojos celestes empezaban a formarse lágrimas que silenciosas se derramaban en sus mejillas. Con su pulgar apartó una que otra mientras amable lo miraba con cariño. Era un niño después de todo.

—Me dijiste que me quedará contigo y eso voy a hacer. Ellos jamás podrán convencerme de entregarte.

Susurró contra de su rostro. Todo lo que restó de esa noche se sentó en el sofá que estaba en frente de su cama a acariciar los rizos caoba del niño. Por más fuerte, veloz, silencioso,, frío severo, serio y duro que pudiera parecer a primera vista, era un niño, igual de inocente e indefenso que cualquiera, y aunque no fuera del todo evidente, era realmente dulce con ella. De forma inexperta, él también entregó todo lo que tenia en su pecho para ella.

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Ese dia notaba el ambiente distinto conforme caminaba al lado de Seriché, que era vista con discreción por su nueva fama de carácter abrasador y palabras filosas. Una que otra vez miraba su cabello para ver si este aclaraba, justo antes de ir al colegio notó como de pronto era de un rubio cuándo ella había cumplido su dosis diaria de pastilla, con una píldora logró revertir sorpresivamente el efecto, aunque seguía tremendamente preocupada por el raro actuar de las pastillas.

—¿No lo notas?

Preguntó incrédula y con tono sarcástico Seriché en su oreja. Ella negó.

—Te culpan por lo que está pasando con Bass, idiota.

Se burló ella. Caroline recordaba todo lo de la noche en que la drogaron, conocía el nombre de Bass y que era lo que había hecho pero jamás lo había culpado de algo para que ella fuera la causante de que sea lo que sucediese con ese chico.

—Yo sólo te conté a ti cuándo lo recordé.

Confundida y angustiada aclaró. Si alguna vez diría algo a alguien seguramente, o por lo menos en esos momentos, se lo diría a Seriché. No era exactamente dulce o incluso cortés con Caroline, pero si sincera y realmente podía guardar sus secretos, confiaba en ella, aunque no la obligaba a que fuera recíproco.

—Las estúpidas debieron de haberlo murmurado, hay más de un chismoso en esta academia que quiere un poco de atención de esas personas.

Susurró blanqueando los ojos. La chica pusó una expresión preocupada antes de parar sus pasos, sabia a quiénes se referia.