Cap. 7: La Cueva de Cristal, parte 1

838 104 2
                                    

—¿Estás seguro de que estas bien, Arturo?

—Cállate, Merlín. —Arturo suspiró. —Estas asustando a toda la caza idiota. eres quien le dijo a mi pa- el Rey que íbamos a cazar.

—No, era tu nombre en el papel. —Sonrió Merlín.

Crack.

Arturo levantó su mano.

—¿Arturo?

Arturo bajó lentamente el brazo.

Bandidos salieron de los árboles. Desde el frente- Izquierda- Detrás-

Arturo agarró a Merlín. —¡Venga! ¡Podemos perderlos!

Se agacharon bajo ramas. Saltaron sobre raíces. El dúo se escondió detrás de una pila de rocas.

Los ojos de Merlín brillaron... Arturo los cubrió con la mano. —No. Magia.

—Arturo-

—No.

Merlín suspiró, apartando la mano de Arturo de su rostro. —¿Todavía están detrás de nosotros?

Arturo se asomó sobre las rocas. —Te dije que los perderíamos. —Sonrió.

Merlín preguntó secamente: —¿Estás seguro?

—¿Por qué nunca confías en mí, Merlín? —En ese momento, fueron encontrados. El dúo corrió.

—Vamos, por aquí.

—¿A dónde vamos?

—¡Confía en ! —Arturo agarró el brazo de Merlín y lo arrastró por dos grandes estatuas. Bajaron por un conjunto de antiguos escalones de piedra.

—¿Qué es este lugar?

—El Valle de los Reyes Caídos.

Merlín se estremeció. —¿Esta maldito?

—No. —Dijo Arturo con desdén. —A menos que seas supersticioso.

—Arturo, lo está.

—Es un mito-

—¡Algo está mal con este lugar!

—Entonces nunca nos seguirán aquí. No se atreverán. ¡Confía en mí!

—Si lo dices una vez más... —Por supuesto, los bandidos se muestran.

Los persiguen por el valle, tratando de escapar de la vista.

Fwuu-Thwuk.

—¡Ahh! —Arturo cayó al suelo, el dolor floreciendo en su espalda. —¡¿Qué fue eso?!

—¡Una flecha!

—¿Solo eso? —Merlín levanto con cuidado a Arturo... —Que bien. Por un momento pensé que era algo terrible. —Inmediatamente después se desmayó, cayendo de nuevo al suelo cuando Merlín perdió su agarre.

—¡Maldita sea Arturo!

~~~~~

Merlín lavó la sangre de Arturo de sus manos. Lloró libremente, frustrado por su incapacidad para protegerlo.

—Dime, ¿por qué estás tan triste?

Merlín levantó la vista para ver a un extraño con una capa de pie cerca. Cerró los ojos y se concentró. La magia que venia del hombre no era maliciosa.

—...Es mi amigo. Se está muriendo... No puedo ayudarlo. —Dijo Merlín finalmente, secándose los ojos.

—Entonces no desperdicies tus lágrimas. Porque puedo decirte que aún no ha llegado el momento de que él muera.

Destino Retorcido, Destino Inmutable (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora