Tormenta

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La luz que se escapa de las cortinas toca el piso, ilumina la habitación y rebela el polvo que tu tabaco empuja. Estamos como ocultos, como huyendo. Refugiados en las sombras, donde nadie puede vernos y solo nuestra piel se reconoce. La cama esta húmeda y cansada. Ahí estamos nosotros, agotados, ardientes y callados.

-Escríbeme algo- dices de la nada al mismo tiempo que me abrazas con mas fuerza y el cigarrillo seduce mi carne, te lo robo de la mano y lo respiro, lo vivo, lo muero.

-¿Que quieres que te escriba?

-No lo sé, todo. Un momento, una vida, una historia distinta.

Me miras como pocas veces, con una luz eclipsada, como un sol devorado por la tormenta. Te miro entera, te robo un beso, me abrazas con mas fuerza. Y la luz que pareciera prófuga y refugiada, se convierte en nuestro captor, nuestra condena de muerte. Tenemos que cerrar las cortinas.


-No me sueltes

Ciudades de EscarchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora