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Capítulo 02:
Heridas reemplazables.


𝓚𝓪𝓷𝓰 𝓗𝓪𝓷𝓲

Su mano la adornaba un feo vendaje que pronto pasaría de ser un opaco color blanco a posiblemente un amarillento, que dudaba que fuese atractivo de mirar. ¿Ahora qué haría?, No tenía la más mínima idea de cuál excusa le daría a su madre a causa de la lesión, tampoco es como si quisiese decirle la verdad después de todo.

Conocía a su madre, defendería a la bruja de Young EunHye, diciendo que tan sólo había sido un error de su parte. Si de por sí ya levantaba miradas indeseadas en el instituto, luego de notar su vendaje todos harían más rumores absurdos sobre ella. Se dejó caer sobre su cómodo colchón, pensando en lo miserable que era la vida que no había elegido vivir. Para todos sería un ensueño atravesar por lo que ha tenido que atravesar, sin embargo, ella creía que era una maldita pesadilla de la que no se le tenía permitido despertar. Vivir atada a la vida de los Hwang no era ni por asomo tan brillante como lo hacían parecer.

El pitido del sistema operativo de la puerta principal sonó, avisándole que su madre estaba en casa. Se quedó tumbada sobre las colchas, esperando que ella hiciese aparición en su habitación, porque no tenía pensado ir a la sala de estar para recibirla. No tardó mucho en ir, cuando apareció en su panorama de visión aún llevaba hecho el moño obligatorio del uniforme en la joyería Hwang.

—¿No vendrás a cenar? —Preguntó con cierta preocupación, viéndole desde arriba.

Negó con su cabeza. Se rehusaba a ir a la casa principal y ver a Hyunjin una vez más. Suficientes emociones turbulentas por un día, no soportaría lidiar con él incluso durante la cena donde ni se hablaban. El ceño de su madre se frunció en clara desaprobación, pero no es como si le interesara en realidad.

—¿Qué ha sucedido con tu mano, Hani? —Y ahí iba.

Desmedidamente la tomó con demasiada fuerza, para así detallar el perfecto vendaje más de cerca. Mordió con fuerzas la cara interna de su mejilla para así no gritar del punzante dolor, no debía hacer de ésto una escena innecesaria. Podía soportar la molestia, debía hacerlo.

—Me he cortado podando mi rosal en el invernadero. —Aquello había sonado totalmente creíble, incluso para ella.

El horror se plantó en segundos sobre el calmado rostro de Chaeyoung, observando a su hija demasiado angustiada. Sabía que a su madre no le gustaba que hiciese tareas como esas, cuando el jardinero podía hacerlas por ella.

—Hyunjin me ha curado a tiempo. —Le sonrió tranquilizadora, al ver que su madre se concentraba en la cura.

El alivio reemplazó a la preocupación en un instante, y una sonrisa complacida se plantó en la boca de la mujer que lucía cansada.

—Hyunjinnie es un ángel, ¿No es así? —Su mirada irradiaba ilusión sin dudas.

Le dio una respuesta muda, sonriéndole a duras penas sin saber en realidad como era pertinente contestar. Luego de eso, su madre se fue de su habitación, tal vez para darse un baño. Hani no le tomó mucha importancia, porque se mantuvo tendida en la cama todo el rato, sin ver más que el techo y sin apetito para ir a la gran casa por una cena sustanciosa.

Se puso su pijama, y se acomodó entre sus colchas en busca del sueño, hacía mucho que no dormía ahí. Su cuerpo parecía repudiar el ambiente, de solo moverse de un lado a otro confirmaba la incomodidad. No conseguía pegar un ojo mientras daba vueltas en la cama, aunque la luz de su mesa de noche era tenue, se decidió por apagarla y dejar la habitación en penumbras, creyendo así que dormiría. Si no se hubiese acostumbrado tanto a la compañía de Hyunjin para pasar la noche, podría dormir sin ningún reparo. Pero toda ella se encontraba reticente, y aunque no quisiese admitirlo, echaba de menos el cálido cuerpo del chico abrazándola por la noche.

𝐻𝓊𝓇𝓉 𝑀𝑒 [𝐻𝓌𝒶𝓃𝑔 𝐻𝓎𝓊𝓃𝒿𝒾𝓃]✓ #Wattys2021Where stories live. Discover now