𝓜𝓲𝓰𝓾𝓮𝓵

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Hiro estaba anonado ¿Ya había llegado? Tan fácil... ¿O había muerto en el intento? (Lo cual por cierto era la forma más sencilla)

Observo a quien le sonreía de forma tan jovial y se dio cuenta; el no era un esqueleto como el ¿Señor? Qué le esperaba detrás, por lo tanto él chico... ¿Miguel? No estaba muerto, pero aún quedaba la duda.

ㅡ ¿Estoy muerto? ... ¿verdad? ㅡ Acepto el saludo y preguntó, por qué ni él mismo sabía darse una respuesta coherente. El otro lado era más complejo qué lo que ningún hombre habría pensado jamás.

ㅡ Sí... Ambos lo estamos. ㅡ Dijo con tono tenebroso el mexicano, apretando ligeramente la mano ajena y se quedó mirando serio a su nuevo amigo para luego relajar los músculos de la cara y sonreírle nuevamente, lo abrazó por los hombros juguetón y con tanta familiaridad para así llevarlo a con su familia para presentarselos.

ㅡ No estás muerto menso, solo estás en la Tierra de los muertos ¿Como llegaste aquí, he? ¿Eres chino? ¡¿Te gusta el arroz?! ¡Mamá Coco tengo un amigo chino! ㅡ Se apartó de Hiro y salió corriendo hacía su familia, quien lo esperaba, todos y cada uno de ellos llevaba en sus manos huesudas y sin carne, las diversas ofrendas que su familia viva les había puesto en la mesa, ellos esperaban a Miguel y a Héctor antes de los tornos para entrar a la tan mencionada fiesta eterna.
Miguel no dejó responder a Hiro ninguna de las preguntas de (a su parecer) mal gusto, rodó los ojos con fastidio.

"¡No soy chino!
soy japonés ..."

Pensó.

Pudo ver a las personas (?) A quienes corría Miguel, ellas si qué pertenecían ahí ¿Como siendo esqueletos podían hablar? ¿O caminar o ver? ¡¿Como podía ser?!
Entre más conocia más ignorante se volvía.

Se acercó a Héctor con demasiada confianza y paso sus dedos por entre las costillas sin carne o nervio.ㅡ ¿De verdad están muertos? ㅡ Héctor reaccionó de inmediato y le dio un manazo para que apartara su mano
ㅡ ¡No estés de tentón chamaco! ㅡ Reclamó el esqueleto.
A Hiro claro que esto le dolió, le habían golpeado la mano con huesos... ¡Huesos genuinos!
Se sobo la mano y la acerco a su boca para darle un besito de mágica sanación y después miro a su agresor.ㅡ ¡Eso me dolió! ㅡ Reclamó.

ㅡ Papá Hector, perdónalo, se ve que no lleva mucho aquí. ㅡ Actuo de mediador entre su Papá Héctor y el chinito.
ㅡ Ven ¡te voy a presentar a la familia!ㅡ Tomo a Hiro de los hombros y lo empujo hasta la fila de los Rivera.

ㅡ Primero Mamá Coco, Tía Victoria, Tio Berto, Óscar y Felipe, prima Rosa, a quien ya conoces, Papá Hector y... Mamá Imelda.ㅡ Para Hiro era una familia muy grande y todos parecían unidos. Sólo la última de los Rivera le causó un repelús pues tenía un semblante indiferente e intimidante a su vez, parecía verlo como si de un bicho asqueroso se tratara.
Entonces el alegre latino interrumpió sus frustrados pensamientos.

ㅡ ¡Familia! Él es... ㅡ Silencio. Miguel se quedó mudo. ¿No le había preguntado su nombre antes? ¡Qué vergüenza! En ese momento se reprimió a si mismo y se volvió hacia Hiro con un aire de apenada derrota.

ㅡ ¿Cómo te ... llamabas?
ㅡ ¡Me llamo! (Recalcó que no estaba muerto) Hiro Hamada... ¡Y NO soy chino! ㅡ Hizo énfasis en aclarar ese punto.
Se calmó para después presentarse de una manera más adecuada a la tradicional familia.
ㅡ Un gusto familia Rivera y tú... ¿Javier, no? ㅡ Se le había olvidado tan pronto el nombre de su Salvador...
ㅡ ¡Miguel! Cabeza de chayote...ㅡ Le miro rencoroso por que se le había olvidado su nombre.

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora