VI - La nuit n'est pas finie [la noche no ha terminado]

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Luka

Eran más de las doce y en lugar de disfrutar de un tranquila y apacible noche al lado de mi azabache preferida estaba esperando recostado contra la puerta de la camioneta de electricidad que en algunos minutos más seria nuestro expreso directo al infierno.

Odiaba esta vida... Pero había algo que odiaba más, esperar al idiota de Nathaniel...

Odiaba las misiones con él... Nathaniel era un tipo difícil de confundir, era musculoso y de estatura promedio, pero lo que lo hacía resaltar era su cabello rojizo y sus maniáticos ojos celestes.
Sin embargo no lo odiaba por su apariencia, lo que me desquiciada era su forma de trabajar... tan sádico y bizarro... con su puto maletín de "juguetes", como él solía llamarlos. Siempre decía lo mismo "la mejor parte es cuando te ruegan que acabes..."

Él ya había estado en este tipo de trabajos antes, y me atrevo a decir que eran sus favoritos... En cambio para mí era la primera vez...

Aún recuerdo cuando me encargaron el trabajo...

Días atrás había mucha inquietud entre los akumas (el nombre que el hombre de Morado le daba a sus peones...) Al parecer uno de los más antiguos había desaparecido y según escuché había robado información personal y comprometedora del jefe.

Esa noche el hombre de Morado nos reunió en el bar y nos dijo que Marc era el traidor y pagaría con sangre. Luego advirtió que cualquiera que siguiera sus pasos recibiría el mismo castigo.

Al terminar la reunión nos llamó a Nathaniel y a mí a su despacho. Nos guío por la puerta que estaba detrás de la barra hacia una pequeña cocina, giramos a la derecha por otra puerta y salimos a un pasillo con varias puertas. Lo seguimos hasta la puerta que estaba al final del pasillo. Levantó un cuadro que estaba al lado de la puerta revelando un teclado que formaba parte de un sofisticado sistema de seguridad. Marcó la clave de ingreso y la puerta se abrió.

Su despacho no estaba nada mal... Era un cuarto bastante amplio. Tenía un escritorio al centro con sillones de cuero negro. A un extremo había una mesa de billar y al otro un bar personal.

Algo que llamó de manera especial mi atención fue el cuadro que estaba detrás del escritorio. Era el retrato de cuerpo completo de una hermosa mujer rubia y de ojos verdes. Su delicada figura se mezclaba con detalles abstractos en dorado. Era una pintura realmente preciosa, la pregunta era que hacía una pintura como esa en un lugar tan lúgubre con aquel.


El hombre de Morado nos pidió que tomáramos asiento.

- Ya deben saber porqué los llamé - dijo apoyando los codos sobre el escrito y juntando los dedos a la altura de su quijada.

- Es por ese cabrón, cierto? Nada me complacería más que ver la cara de ese puto imbécil rogando piedad - soltó Nathaniel sin una pizca de escrúpulos - debió pensarlo antes de largarse sin más

- Me gusta tu actitud - dijo el jefe - y tus métodos... - sonrió de lado de forma macabra - confío en que tu relación con Marc no será impedimento para acabar con él.

- Ese cabrón está muerto para mí - sentenció

Hasta el momento me había mantenido al margen de la conversación porque trataba de entender de qué carajo estaban hablando...

Les mystères de l'amour [Los misterios del amor] MLB +18Where stories live. Discover now