-0-

1.1K 101 7
                                    

҉


Lexa está empezando a notar que sus días son todos iguales.


Nunca, nada fuera de lo común. Se despierta, se ducha y se dirige al trabajo, luego vuelve a casa y duerme. Y cuando tiene trabajo por la noche, duerme toda la mañana y luego al trabajo. Siempre es lo mismo.


Lexa está tan pero tan cansada de esta rutina.


¿Qué pasó con vivir como si fuera el último momento?

¿Qué paso con hacer cosas' peligrosas'?

¿O encontrar alguna forma de hacer su día emocionante?


Al menos, cuando estaba en la escuela, veía a sus amigas, en cambio ahora ya no habla con ninguna y Lexa sabe que sus únicas amigas actualmente, son sus compañeras de trabajo, Octavia y Raven.


Suspira de nuevo, sin dejar de limpiar el mostrador cuando oye que se abre la puerta. Son las 7 de la tarde de un miércoles, así que no hay mucha gente, la mayoría viene para el almuerzo o la cena.


Levanta la vista y ve a una mujer entrando al lugar. El aliento se le atasca en la garganta al escanear a la despampanante mujer, de cabello largo y rubio, pantalones negros; ceñidos a esas interminables piernas, una playera del mismo color y totalmente pegado a cada curva. Y cuando dice curvas, se refiere a esas dos grandes niñas que tiene como delantera, muy a pesar de la chaqueta de cuero que lleva encima; puede verlas. Su piel es blanca, sus hermosas manos delgadas con largos dedos son jodidamente hermosas cuando sostiene sus lentes en un puño cerrado. Y ese lindo rostro tan sexy, cincelado por los mismísimos dioses; premiado de encantadores ojos azules que no han dejado de mirarla desde que entro.


La rubia no parece que vaya a aparta la mirada, así que Lexa lo hace. Mira a su alrededor avergonzada, al no saber cómo lidiar con la atención. No es como si está atención no sea bien recibida. Y es que no es como la que siempre recibe de los hombres en el restaurante, esta vez es gratamente bienvenida y Lexa nunca antes lo había disfrutado tanto.


"Una hamburguesa con queso", ordena la rubia, "con tocino, por favor".


Lexa sonríe, "En seguida".


"Y una cerveza", continúa la rubia sin siquiera parpadear.


"Son 96.70" dice Lexa automáticamente.


"Toma" la rubia extiendo su perfecta mano con algunos billetes.


Lexa continua sin hacer contacto visual, se mueve de forma robótica para tomar el dinero y toca aquella mano de la cual se ha declarado fan. La roza con sus dedos, disfrutando del tacto. Es suave, ligeramente fría y se pregunta cómo se sentirá su tacto sobre su cuerpo. Un rayo de necesidad atraviesa su columna y traga saliva con fuerza. Finalmente, decide levantar la vista y aquellos ojos azules la están mirando fijamente. Parecen, intensamente curiosos sobre ella.


Lexa le sonríe, y los ojos azules siguen cada uno de sus movimientos. Desde que acomoda un mechón de su cabello detrás de su oreja, después de alejar su mano de la rubia, hasta cuando mueve los labios.

DESTINO SOBRE RUEDAS / CLEXAWhere stories live. Discover now