05

5.2K 940 141
                                    

Una semana entera jugando a las escondidas, Park JiMin nunca se había quejado de algún tipo de juego, en realidad resultaba ser muy juguetón y amaba divertiste, pero en esta ocasión aquel juego de escondidas estaba siendo sumamente cansado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Una semana entera jugando a las escondidas, Park JiMin nunca se había quejado de algún tipo de juego, en realidad resultaba ser muy juguetón y amaba divertiste, pero en esta ocasión aquel juego de escondidas estaba siendo sumamente cansado. No entendía porque el príncipe de Daegu lo evitaba a todo dar y muy pocas veces en la semana habían coincidido en un lugar, pero cuando eso pasaba se reiniciaba el juego y otra vez no podía encontrar al pálido. La última vez que hablaron no había hecho algo en concreto para provocar ese comportamiento. Al menos eso creía él. Camino por el jardín admirando cada detalle de este, era sumamente grande y encantador.

—Mi rey, no creo que sea buena opción comprometer al príncipe tan pronto. No es momento. —El príncipe de Busan detuvo su andar en cuanto la voz del rey SeokJin hizo acto de presencia. Iba a dar media vuelta y volver por su camino. No iba a escuchar conversaciones ajenas.

—Cuando estamos solos no es necesario que hables de esa forma. Soy tu esposo y YoonGi es tu hijo.— El rey NamJoon hablo algo fuerte y claro. Lo que hizo a su esposo reír nerviosamente. NamJoon abrazo a SeokJin de la cintura acercándolo a su cuerpo cariñosamente. —Ya no sé qué hacer. Estoy consciente que tuvo una infancia difícil, soy culpable de ello en gran parte.— Suspiro pesadamente. —Solo quiero un futuro bueno para él. No quiero que se siga amargando la vida con pensamientos innecesarios.—

—Ambos queremos lo mejor para él. Pero comprometerlo no es una opción. Sé que aún hace mal con estar metiéndose en la cama de las sirvientas. Pero necesita él mismo formar el camino de su futuro.— SeokJin se removió un poco entre los brazos de su esposo. No era muy normal que ellos dos estuvieran siendo cariñosos en un lugar en donde podían ser vistos con facilidad. Regla número uno de la realeza, no muestras afectivas en público. —Esperemos un poco más, tal vez solo necesite un amigo y el príncipe de Busan puede ayudarle con eso.— JiMin sonrió ante lo que escucho, no iba a escuchar esa conversación pero al final sus pies no se movieron cómo él quiso, solo se quedó ahí parado sin poder moverse. Solo estaba agradecido que en el lugar que se encontraba no podía ser visto por los reyes. Escucho el sonido de besos y después de ello sus voces alejándose. Quedándose nuevamente solo.

—Quién lo diría, el famoso príncipe de Busan, chico de buenos modales escuchando conversaciones ajenas.— JiMin pudo jurar que sus hombros saltaron por escuchar la repentina gruesa voz del pálido. Giro su cabeza por todos lados tratando de encontrarlo. —Estoy acá arriba, fisgón.— Fue entonces que se encontró con el gran ventanal de la biblioteca, la cabeza de YoonGi se asomaba por un pequeño recuadro de cristal que solo servía para ventilar el aire.

—No fue mi intención escucharlos. Además técnicamente tú también serías un fisgón porque me estabas mirando a escondidas desde allá arriba.— YoonGi alzo una ceja ante tal acusación. Se hizo hacía tras tratando de meter su cabeza por el pequeño lugar. —Te quedarás ahí por acusarme de fisgón.— Declaró el príncipe de Busan al ver que al pálido se le dificultaba meter la cabeza de regreso a la biblioteca.

Educando a un príncipe ; JSWhere stories live. Discover now