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Alrededor de cinco días habían transcurrido desde que el banquete había culminado

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Alrededor de cinco días habían transcurrido desde que el banquete había culminado. En ese tiempo el príncipe de Busan se dedicó a intentar corregir o enseñarle ciertos aspectos o comportamientos que podrían serle de utilidad a YoonGi, esté por el contrario se sentía extraño por el obvio distanciamiento que había ocurrido entre ambos príncipes. El de cabellos negros había intentado un par de veces juntar sus labios con los esponjosos de Park, siendo rechazado casi al instante y para ser sinceros, el príncipe de Daegu no se atrevía a preguntar la razón de aquel cambio de actitud. No era tan tonto, sabía que JiMin se encontraba enojado y pensó mucho al respecto de ello, llegando a su cabeza que la posible molestia se debía a lo que había hecho en el banquete, ausentarse en presencia de príncipes y reyes de otras tierras. Que según Park le había hecho conocer que aquel comportamiento había sido totalmente asqueroso. Sus labios se apretaron entre sí haciendo una suave presión, se sentía cansado y su espalda dolía por mantener la buena postura que JiMin le había hecho hacer, llevaba alrededor de 30 minutos de pie parándose de forma recta mientras que el príncipe de Busan caminaba en círculos a su alrededor, de vez y en cuando soltaba una palmada un poco fuerte en las zonas en donde tenía que corregir lo que hacía mal.

—Cuida esos hombros.— Un nuevo golpe en la zona mencionada se hizo presente, YoonGi gruñó sin aguantar por mucho más tiempo aquel trato. —La expresión, sonríe y haz un reverencia. La princesa de Seúl se hace presente delante de ti, muestra tu respeto por la posición que tiene entre la realeza.— El príncipe de Daegu se quedó quieto sin entender porque le creaba una situación en donde la princesa era la protagonista. Al tardarse en acatar la orden sintió cómo la mano de Park se posaba en su nuca haciendo que se inclinara hacia adelante creando una reverencia forzada, el agarre había sido brusco por lo que Kim se sacudió dando unos cuántos pasos para separarse y mirar molesto al contrario.

—¿Que mierda te pasa?— JiMin no dijo nada al respecto solo lo observo detenidamente y la falta de respuesta hizo gruñir al más pálido. —Desde el banquete estás con una actitud que no te soporto. Ni siquiera nos hemos besado.— YoonGi chasqueo la lengua sintiéndose frustrado por todo. —Ese mismo día habíamos estado bien cuando estuvimos haciendo todo eso en el lago, ¿qué cambio?— JiMin no sabía que le molestaba más en toda la situación, el hecho de que YoonGi se atreviera a soltar tales palabras en presencia de unos cuantos caballeros que hacían guardia en el salón o que se hiciera el desentendido sobre lo que había hecho en el banquete, creía él era obvio porqué estaba molesto pero Kim solo le confirmaba lo estúpido que era.

—Piensa y reflexiona sobre tus acciones además de actitudes.— El pálido frunció el ceño y aunque no quería pensó en lo que había hecho últimamente, había estado presente en cada una de las estúpidas lecciones de Park, había soportado su mal genio y había tenido paciencia con todo lo que tenía que ver con él, su mente viajó al banquete recordando lo aburrido que se sentía en ese lugar, recordando a la fastidiosa de la princesa de Seúl y el cómo aceptó su propuesta indecente. Abrió su boca un momento para después arrugar su nariz y aunque JiMin no lo aceptara en voz alta, aquella expresión le pareció de lo más tierna. Suspirando relajó su cuerpo, podía darle otra oportunidad para que las cosas mejoraran. —Kim, ¿qué pasa entre nosotros dos?— Interrogo queriendo claramente saber lo que sentía el pálido en concreto, aunque la respuesta pudiera dolerle. —¿Por qué nos besamos y nos damos esas caricias?, ¿qué somos?— Ambos ignoraron a los que se encontraban a su alrededor, tanto guardias cómo al Rey SeokJin que iba entrando quedándose quieto al escuchar lo dicho por el príncipe de Busan, sorprendiéndose por revelar tal información y sobre todo preguntarle eso a su hijo prácticamente delante de él. YoonGi volvió a abrir su boca y la cerró un par de veces, imitando a un pescado, o eso se imaginaba SeokJin al verlo realizar aquellos movimientos con sus labios. YoonGi titubeó con su respuesta, claramente él no sabría especificar que era lo que existía entre ellos dos. Se besaban, sí. Se tocaban, sí. Se abrazaban, sí. Pero no creía que habían sentimientos románticos de por medio, al menos así lo veía él.

—Somos dos buenos amigos.— JiMin se mantuvo con la misma expresión a pesar de no gustarle la respuesta, por el contrario el rey quiso gritarle. —Amigos que...— YoonGi llevó una de sus pálidas manos a su barbilla pensando en lo que diría. —¿Pasan un rato agradable?— Park asintió lentamente percatándose en ese instante de la presencia del Rey, hizo una reverencia para él y fue entonces que YoonGi lo miró un poco confundido hasta que observó a un costado mirando a su progenitor.

—Si tienes claro eso me parece bien, así que deja de cuestionar mi actitud. No me preguntes sobre algo que no importa y no importará en un futuro.— La postura de JiMin seguía calmada a pesar de las miles de emociones que estaba sintiendo en ese momento. —No tengo inconvenientes en ser llamado tu amigo o colega, pero no olvides la razón por la que estoy aquí, soy tu instructor y guía.— JiMin comenzó a dar unos cuantos pasos para retirarse del lugar. —Terminamos por hoy, puedes ir a descansar.— Despidiéndose con una sonrisa del Rey dejo a los dos en la sala. SeokJin se acercó rápidamente a su hijo mirándolo detenidamente, observando inconformidad en toda su expresión.

—YoonGi.— Lo llamó pero no recibió respuesta, solamente observó cómo el menor se consumía en sus pensamientos. —Cariño.— Tratando de usar un tono dulce y atreviéndose a acariciar una de sus mejillas hizo que alzada el rostro. —¿Tienes algo que decir?—

—No lo entiendo.— Susurro apenas audible, importándole poco que fuera el Rey el que estuviera delante de él sintió su nariz picar. —¿Por qué duele?, no tiene sentido.— YoonGi pensó en cada una de las palabras dichas por Park, no había razón para que le doliera... ¿o sí la había?, al menos el príncipe le había confirmado sus sospechas, no olvidaba aún la razón de su visita al palacio.

"Por qué te gusta y aún no lo entiendes." Algo que el mayor quiso decirle pero sentía que no era un buen momento para ello, solo haría que el menor se rehusara a hablar con él y huyera por el miedo de no entenderse a sí mismo.

—Vamos, iremos a un lugar más cómodo.—

Hola

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Hola.<3

Pregunta.
¿Cuándo cumplen años?

Educando a un príncipe ; JSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora