Rafaela o "Ra" para los amigos es una estudiante centrada y desordenada con muchas dudas y su vida es muy dificil y complicada.
Ella desde que ingresó a su nuevo colegio su corazón fue robado por un misterioso maestro que rondaba los pasillos de su...
Apago el motor y saludo a mi abuela, quisiera acercarme hablarle pero casi siempre me ignora. Hace ya tanto tiempo atrás que deje de intentar.
Al entrar se puede escuchar la televisión encendía; nadie la usa solo mi abuela y normalmente no le presta atención. Lo más probable es que se le haya olvidado apagar el televisor, me niego apagarla y sin objeción subo las escaleras y entro a mi cuarto.
Me quito la ropa y voy al baño para poder refrescarme y así poder dormir relajada. Al poco tiempo de salir de la ducha escucho unos golpes en la puerta.
-¡Rafaela! ... ¡Rafaela! respóndeme ¿Estás en tu cuarto? - ruedo los ojos.
- Aquí estoy papá - resoplo y busco mi ropa interior con calma - en donde más voy a estar.
- Esta bien necesito que bajes, hoy viene gente importante a cenar- era ya alrededor de las 8:30 ¿no es tarde?
- Esta bien bajo en 20 - gritó y empiezo a buscar ropa.
¿Estaría mal si uso un short estampado y una camisa de rallas? A pesar de que no me cae bien mi papá no lo iba a dejar en ridículo pero tampoco voy a ser una hija trofeo.
Busco uno de mis pantalones rotos, camiseta gris y para darle un toque más fashion unas botas color verde. Con mucho carácter bajo las escaleras con cara de querer matar a medio mundo y a quien no le guste que se vaya.
- Rafaela... ¿Que fachas son estas? - Edmundo ,mi padre, sujeta mi mano fuertemente - Es una cena importante, ve a cambiarte - me acerca mucho y siento el miedo recorrer mi sistema pero no dejo que me intimide y me suelto bruscamente.
- Esta soy yo, acéptame o ódiame - le miro de arriba hacia abajo con rabia.
Camino y saludo algunos socios que conozco. El número eran de seis hombre con trajes y sus esposas. Pasamos al comedor, todo estaba finamente decorado nada ostentoso pero si elegante.
Ya todos sentados esperando a que nos sirvan.
-Rafaela querida ¿Piensas estudiar economía? - la señora Robinson, una mujer muy refinada que nunca baja su cabeza.
- La verdad es que estoy considerando la idea - miento como de costumbre; mi sueño no es la economía quiero estudiar algo lejanamente relacionado con mi padre.
La cena pasa de comentarios relacionados con trabajo y la mirada baja de mi cabeza. Me parecía más interesante los detalles del tenedor que lo que hablaban. La cena llego a su fin alrededor de las 11:30 de la noche, ya era muy tarde y el cuerpo me pedía descanso.
-Buena noche, padre - camino a la escalera él quiere que me quede pero estoy casada, quiere hablar de algo pero no estoy para una discusión no a esta hora.
- Esta bien Rafaela, ten linda noche - bufa levemente y yo subo la escalera lentamente para llegar a mi cuarto.
Me quito la ropa y busco la pijama que había dejado esparcida por el piso. Me acuesto, me pongo analizar todo lo que ha pasado en el día y como encontré a mi profesor en la joyería con la chica aquella. Pongo mis audífonos y doy a play a mi play list de todas las noches.
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