Capítulo 2: Promesa.

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Narrador omnisciente:

El viento soplaba en la fría noche, los búhos junto con los pájaros hacían una pequeña melodía nocturna y la luz de la luna atravesaba la ventana con sutiliza. La peli___ estaba estática y pasmada en su lugar sin saber con exactitud que ocurría. Sin embargo, Shōuto se había acercado sin que la ojigris lo notase, pero su cuerpo se movió al sentir como un cuerpo se sentaba en la cama haciéndola soltar un leve jadeo de sorpresa y susto. El peso en la camilla le había indicado que era del bicolor y no de la Todoroki quien aún los miraba desde la puerta, sonriendo con dulzura y encanto.

— Bueno, los dejare solos. ¿Te parece bien Shōuto? — Hablo la mayor hacia su hijo, recibiendo un asentimiento por parte de él.

— ¡¿Eh?! ¡N-no creo que se-...

— Esta bien Yu-ga-ma-ni-san — La interrumpió la albina moviendo sutilmente su dedo al momento de haber jugado con el apellido de ____, — Te espero en mi habitación, tardate cuanto quieras.. — le dijo a su hijo antes de cerrar la puerta por detrás de su cuerpo.

El Todoroki simplemente volvió ha asentirle a su madre antes de que ésta se fuera por completo, para después guiar su vista de nuevo a la joven de pelos ____ con su típico semblante inexpresivo. Aunque por dentro él estaba muy intrigado. Pues, su madre le había contado de la joven cuando fue a verla después de tanto tiempo, quedando sorprendido.

.......

Entonces, Shōuto. —, decidió hablar repentinamente la madre del bicolor, llamando la atención de este haciendo que bajara el vaso que se hacia anteriormente sobre sus labios.

— ¿Si? — le respondió él mientras la miraba.

La albina guió su vista hasta el bicolor y le sonrió un poco.

Te extrañaba mucho, tanto así que aveces pensaba que esa niña eras tu. — le hablo ella de repente, pasándole por su mente la imagen de Yugamani.

¿Niña? — Repitió él algo confuso, abriendo levemente sus ojos de diferentes colores.

Así es.. — le respondió la mayor guiando su vista hacia la ventana. — aaaahh... Ella en verdad es muy amable y lucha cada día para ser alguien útil en la vida. A pesar de no ver nada, ella aprende por su cuenta y sonríe cada que puede a las personas que necesitan ayuda. Es como si aún así todo lo que le ocurrió lo transformara en alegría pura para transmitirla a los demás y contagiarnos con ella. Eso me hacia recordar de como eras de niño, cada vez que ella me sonreía como tu lo hacías de pequeño, podía verte en ella. — finalizo la mujer guiando su vista de nuevo hacia su hijo.

Shōuto estaba anonadado, su boca estaba un poco abierta y sus ojos abiertos como platos. ¿Su madre siempre había pensado en él? Él no sabia que ella realmente lo quería y lo seguía haciendo a pesar de todo lo que paso y lo que le hizo aquel día con el agua hirviente antes de que se la llevaran a este hospital.

¿Cuando esa chica de la que hablas perdió la vista? — preguntó ahora un poco interesado sobre aquella joven.

Desde nacimiento, pero ella me dijo que hubo una vez en que pudo ver algo por una fracción de segundo antes de quedar completamente ciega de nuevo.

El bicolor agacho un poco la mirada pensativo mientras apretaba con algo de fuerza la taza que se hacia entre sus manos.

¿También, ciega de amor? ~|Todoroki Shōuto y tu|~Where stories live. Discover now