Parte 1 Sin Título

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La primera vez que lo vio, fue en los pasadizos de UA. Shouta caminaba lento mientras cargaba algunos libros que le habían pedido llevar a su aula. Siempre fue totalmente indiferente a todo aquel que le rodeaba, poco comunicativo, huraño y el tipo de persona que prefería mantener las distancias con cualquiera. Hablar lo estrictamente necesario, lo suficiente como para comunicar una idea, no para generar algún vínculo que realmente no buscaba y que podría ser una traba en sus objetivos correctamente planteados en su mente lógica y racional.

Pero a pesar de su apática personalidad, no pudo evitar alzar su vista y enfocarla en los dos alumnos con los que se cruzó, sus risas alegres eran demasiado ruidosas como para ignorarlas. Además, las dos compañeras de curso que lo acompañaban habían comenzado a cuchichear entre ellas al verlos pasar.

Había escuchado antes de él, pero nunca lo había visto personalmente. Y tampoco nunca había estado interesado. Aparentemente, Yamada Hizashi lucía exactamente como debía de lucir un chico que era popular; o eso supuso él.

Alto, rubio, con unos lentes de lunas ahumadas de color naranja, y una sonrisa idiota que hizo que sus compañeras chillaran ruidosamente, tanto como para hacerlo detenerse y mirarlas con curiosidad, pero sin quitar su sonrisa idiota.

Shouta pasó de largo, no le interesaba. Yamada Hizashi le era totalmente indiferente.

O por lo menos así lo era hasta que las notas de todos los departamentos de UA fueron publicadas. Shouta sabía que debía tener un buen ponderado, eso facilitaría cuando hiciera su solicitud para el cambio al departamento de héroes. Pronto iba a ser el Festival de deportes y debía prepararse no solo física, sino también mentalmente; por ello, una forma de trazar en su mente qué tan alto debía apuntar, era el ver las notas de los alumnos que sí habían obtenido un cupo en el departamento que él deseó.

Y no pudo evitar asombrarse levemente.

En el Departamento de héroes, por encima de ambas clases A y B, Yamada Hizashi sobresalía con un ponderado casi perfecto.

Lo vio parado en medio de un grupo que le daban palmadas en la espalda y lo felicitaban. Yamada Hizashi solo devolvía las sonrisas y hacía ridículos movimientos con sus manos mientras agradecía ruidosamente. Shouta desvió su vista de él y la regresó al ponderado increíble de Yamada ¿Cuál sería su quirk? ¿Habría entrado por recomendación? ¿Cómo era posible que un tipo que aparentaba ser un idiota...? No, no, Shouta nunca tomó la apariencia de alguien como un factor determinante, pero tampoco nunca antes había sentido cierta curiosidad por un extraño con apariencia tan llamativa.

Decidió darle una última mirada a Yamada, y extrañamente lo vio tranquilo, ignorando las conversaciones de sus amigos y parado en total quietud. Su rostro se había suavizado, su sonrisa era apenas una línea que surcaba su rostro atractivo, y sus ojos detrás de esos coloridos lentes, seguían fijos en la tabla donde estaban los promedios. La sonrisa se amplió y por un minúsculo segundo, Shouta creyó que vio un destello infantil en la mueca de orgullo que se formó en Yamada.

Era una persona extraña. Shouta decidió dejar de verlo, y regresar a su indiferencia habitual, después de todo Yamada no tenía nada especial.

Pero aunque su mente organizada y lógica hubiera catalogado a Yamada como alguien al cuál debía de mantener tan alejado como cualquier otro ser que lo rodeara. Había algo que jalaba su vista cuando lo veía, extrañamente más recurrentemente que antes. Como si Shouta inconscientemente lo buscara con la mirada.

Era tal y como pensó en su primera impresión, el chico popular, el chico idiota al cuál las chicas veían con ojos de cachorro. Un tipo guapo de sonrisa contagiosa, ruidoso en exceso, llamativo y que siempre parecía estar rodeado de personas con quienes reía e intercambiaba conversación.

IndiferenteWhere stories live. Discover now